sábado, diciembre 14, 2024
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Hill admite que hay fallas de medicamentos

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Pedro Gutiérrez, paciente oncológico, relata cómo es su vida luego del diagnóstico de osteosarcoma. Los pacientes deben comprar los fármacos en Colombia para tratar de cumplir su tratamiento. La falta de insumos y equipos en hospitales ponen en jaque su vida   

Un grupo de pacientes del Hospital de Especialidades Pediátricas de Maracaibo y  sus representantes levantaron su voz. Para la protesta llevaban carteles en el que expresaban consignas como: “necesitamos insumos”, “queremos vivir” y “no queremos ser otra víctima”. Decidieron hacer estas exigencias tras la muerte de ocho “amigos” a principios de mes. Los pequeños estaban con sus tapabocas, cabello rapado, en sillas de rueda y algunos hasta lloraron mientras relataban parte de lo que llevan de historia. 

En el fondo, los padres explicaban a los medios de comunicación el “sufrimiento” y “dolor” que viven a diario por no conseguir las medicinas o tener dinero para comprarlas. Pedro Gutiérrez va y viene con un par de muletas que le permite mantenerse en pie debido a que parte de su pierna derecha fue amputada producto de las lesiones cancerígenas. 

Le diagnosticaron osteosarcoma, un tipo de cáncer en los huesos cuyo tumor se presenta con frecuencia en la rodilla o en la parte superior del brazo, cuando tenía 17 años. Ya tiene 18 años, pero su trayecto con la enfermedad está “repleto” de espinas, aunque no por ello se rindió. “Voy para un año de tratamiento. Presenté una afección y decidí que me amputaran la pierna”. 

En blanco

El momento del diagnóstico fue un “duro coñazo” y el shock mantuvo su mente en blanco. “Tuve que asumir mi condición porque quiero vivir. Quiero estudiar, tener una familia, ser alguien”, dice el joven mientras sus amigos con patologías similares lo rodean y sus padres lamentan la situación “caótica” frente a los micrófonos y grabadoras. 

No puede escapar del “miedo” y “terror” que le ocasiona no saber en qué momento puede llegar a recaer y ser hospitalizado. “Vi cómo mis seis amigos murieron arriba. Me quería ir del piso, así fuera con los valores bajos”. 

A pesar de que cada palabra suya está acompañada de “mucha” seguridad, comenta que existen ciertas limitaciones como lo son estar mucho rato fuera de la casa, respetar su dieta y evitar el alcohol. “Uno mismo decide si quiere recaer o no”. “Pedrito”, como lo conocen, vive junto a su familia en Bachaquero y en la manifestación, en la que la sensación de calor “inclemente” no cesó, Keila Gutiérrez, su hermana, lo acompañó, todo el tiempo.  

Amargo, pero aferrados 

A Keila se le nota preocupada y su mayor  inquietud son los tratamientos e insumos que no “aparecen por ningún lado”. “No tenemos antibióticos y los muchachos pueden agarrar una bacteria fácilmente y no podemos combatirlas. No hay vancomicina o merophenen. Nos salvan las fundaciones”.

Al ser consultada sobre su pariente, se detiene y piensa, luego intenta hablar, pero la voz se le quiebra. Mientras las gotas de sudor recorren su frente logra balbucear algunas palabras y con “tristeza” relata que cuando diagnosticaron a su hermano “él se paró y me preguntó, ¿cuándo comienzo mis quimios? El proceso es difícil, pero ellos son unos guerreros. Ellos son los que nos dan fuerza a nosotros”.

Cuando inician el tratamiento con quimios, su organismo cambia, se sienten raros, con el cuerpo pesado, la cabeza grande y aparecen los vómitos. “Todo es muy difícil. Tenemos que ponernos en sus zapatos. En el hospital no tenemos aires e insumos. Utiliza carboplatino y cada ampolla cuesta 250 mil bolívares y necesita dos cada 21 días”, indicó Gutiérrez. 

Crisis nacional 

Juan Correa, vicepresidente de la Federación Médica Venezolana, comentó que los tratamientos no se hacen de manera adecuada porque existe un “gran” desabastecimiento de la mayoría de medicamentos. “Los tratamientos se hacen por crisis y eso no es lo conveniente”. 

Los oncológicos y sus familiares están “obligados” a buscar alternativas en sus fuentes de ingresos para costear el tratamiento. Algunos recurren a redes sociales y exponen sus casos mientras que otros “bachaquean” para obtener dinero.

Entre 150 mil y 200 mil pacientes están diagnosticados con algún tipo de cáncer en Venezuela, de los cuales unos 20 o 25 mil son niños.

Defensa

Sobre las muertes de ocho niños a inicios de mes, presuntamente por la falta de insumos y un ambiente inapropiado, Ríchard Hill, secretario de Salud, explicó que existen fallas en el equipo de enfriamiento, pero son atendidos inmediatamente y trabajan. “Nunca hemos parado o abandonado. Trabajamos en función de la climatización del ambiente”. 

Admitió que, “aproximadamente”, existe un 40 por ciento de desabastecimiento, sin embargo esto no se puede tomar como un caso aislado debido a que trabajan mancomunadamente con diferentes fundaciones y estas cifras tienden a disminuir

Hill destacó que llegaron antibióticos al hospital y buscan el beneficio de todos. “Esperamos tener mejor climatización. Estamos montados en cualquier desperfecto de los equipos. Los problemas son multifactoriales y pueden ser inmunológicos. Aquí hay un grupo de profesionales selectos y ninguno va a colocar un tratamiento que no sea acorde”. 

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