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El type casting o escogencia por aspecto, es una práctica que define a Hollywood y con frecuencia se hace patente en el argot farandulero al toparse con reseñas o comentarios que afirman: “fulano es el nuevo Marlon Brando”.
Esta manera de clasificar una apariencia o estilo se sustenta en un proceso que explota los estereotipos implantados por la cultura pop en ideario colectivo, facilitando la creación de un lazo emocional entre el público y los personajes de una obra fílmica.
Los actores clásicos que marcaron hitos de taquilla con su carisma, sex appeal o calidad histriónica suelen ser los moldes de preferencia para los grandes estudios, haciendo que agentes y representantes de talentos emergentes o ya establecidos se esfuercen por aproximar el aspecto de sus clientes a estos arquetipos idealizados de galantería o divismo.
Si bien es cierto que en muchos casos asesores de imagen y maquillistas pueden hacer que una celebridad se aproxime físicamente a un referente exitoso del pasado, también lo es que la genética y la casualidad a veces conspiran para “clonar” a las estrellas del cine clásico. He aquí algunos de los ejemplos más evidentes de la farándula actual.
Testosterona y malas pulgas: Ya sea con un colt 45 o garras de adamantium, la estampa del hombre rudo por excelencia parece tener un ideal personificado en los 80s por Clint Eastwood con su personaje de Harry el sucio y en la actualidad por Huge Jackman inmortalizado como Wolverine en la saga de los X-Men.