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Sin un delito definitivo llegarán hoy, a las 9.00 de la mañana, Omar Andrés Barrios Rojas (23) y su acompañante y novia, Lismary Hernández Paredes (20), a la corte. Los estudiantes viajaban en la camioneta Hilux, blanca, 2015, placa A90AU1L, que arrolló a Paúl René Moreno Camacho (24), estudiante de Medicina y miembro de Socorristas y Cruz Verde de LUZ, el 18 de mayo, luego de una manifestación en la avenida Fuerzas Armadas de Maracaibo.
La pareja se entregó en el Eje de Homicidios luego que una comisión de la Policía científica y Polisur arribara a la residencia de Barrios, en la calle 73 con avenida 65 de la urbanización Los Olivos, al oeste de Maracaibo, en búsqueda de la camioneta de placa tricolor. Sus abogados buscarán liberarlos con una medida cautelar.
Las experticias de la Hilux, las entrevistas a los detenidos y a los testigos, las ruedas de reconocimiento concluyeron ayer. Todos los elementos criminalísticos se presentarán en el tribunal y el juez decidirá si regresan a la calle o los encerrarán en algún comando policial hasta que inicie su juicio.
Barrios y su pareja huyeron de los cuerpos de seguridad por siete días. A través de una llamada anónima les indicaron a los funcionarios de la División de Inteligencia y Estrategia Preventiva de Polisur quién era el dueño de la camioneta y donde la escondían. La comisión encontró el vehículo tal cual como explicó el informante. En la casa no estaban los responsables, luego de organizarse y contactar a su defensa decidieron entregarse y ponerse a derecho. Desde entonces permanecen en la sede del CICP, en Altos del Sol Amada.
En sus declaraciones, "sostienen una discusión con un grupo de protestantes en la avenida Fuerzas Armadas donde repentinamente el conductor del vehículo en mención toma como opción emprender veloz huida sin precaución alguna arrollando al estudiante", detalló Kelvin López, supervisor del eje de investigaciones de homicidios Zulia, a través de su cuenta en instagram @cicpc_ejehomicidiozulia_klopez.
El momento del arrollamiento lo captaron al menos 20 cámaras de seguridad, solo en cuatro se detallaba la matrícula y la cantidad de pasajeros. Aún falta capturar a uno. Los testigos sostienen que hubo saña y que no se trató de un accidente como lo quieren hacer ver.