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La huelga de hambre ha sido un instrumento de la lucha pacífica por muchos años, es una estrategia extrema que debe ser seguida con mucho cuidado. Gandhi fue el líder que más utilizó este tipo de protesta, llegando a estar 17 veces en huelga de hambre, gracias a estas huelgas Gandhi consiguió muchas concesiones por parte del Imperio Británico, y logró detener en distintas oportunidades las luchas fratricidas que empujaban a su país a una guerra civil.
En el actual contexto venezolano, cuando tenemos compañeros a lo largo de todo el país en huelga de hambre, y Leopoldo López quien el próximo 24 de junio cumplirá un mes en huelga de hambre, es importante, tanto resaltar el valor y la utilidad que ha tenido este tipo de protesta, como las razones por las cuales fueron exitosas en el pasado. En primer lugar el indiscutible liderazgo, político, moral y ético que tenía Gandhi no solo en la India sino en todo el mundo, hizo que el costo de dejar morir de inanición al Mahatma fuese muy alto.
El liderazgo de Leopoldo, y el apoyo por parte de los venezolanos a él, y a los estudiantes y compañeros en huelga de hambre nadie lo niega, pero existe otra razón por la cual Gandhi pudo conseguir que los británicos accedieran a muchas de sus exigencias: El Gobierno de Gran Bretaña era un gobierno democrático. Entre los ingleses la causa de Gandhi era percibida como justa, además la opinión pública internacional era favorable al Mahatma. Para un gobierno democrático esa fuerza de la voluntad, tanto del pueblo de la India, como de los mismos ingleses, para quienes era absurdo mantener una colonia por la fuerza; fue algo que no pudieron ignorar.
Pero el caso venezolano es diametralmente opuesto, nos enfrentamos a un Gobierno que ya dejó que un hombre muriera en huelga de hambre, que no tiene problema en mantener el poder por medio de la represión y la violencia. Como podemos pensar que la huelga de hambre puede ser una estrategia efectiva frente a un Gobierno de semejantes características. Esta reflexión la hacemos desde el respeto a las decisiones personales de cada líder, pero resaltando que en la lucha pacífica contra las tiranías, no deben sacrificarse vidas en vano, que la utilidad de nuestros líderes se potencia en vida, y con la capacidad de orientar y difundir sus ideas desde sus respectivos puestos de lucha. “Demócrata no se entrega a dictador” decía don Rómulo Betancourt, en este caso se podría decir que un demócrata no debe entregarle su vida a un autócrata.