Jonferson Valera Yamarte, un joven inmigrante marabino que llegó a Estados Unidos el año pasado, se ocultó mientras agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) arrestaron el pasado marzo a su hermano y tres amigos en Dallas, Texas, antes de deportarlos a El Salvador.
Ahora ya no tiene miedo: su familia lo recibió con una fiesta en su casa en el barrio Los Pescadores, en Maracaibo: “Es la primera vez que me alejo de ella, y creo que va a ser la última”, enfatizó Yamarte abrazando a su madre, Mercedes, apenas minutos después de ser recibido con abrazos, lágrimas y una lluvia de espuma de celebración.
Yamarte, de 21 años, llegó al país el pasado jueves 8 en un vuelo de repatriación desde México y luego viajó por tierra a Maracaibo. Bajó de un vehículo militar sonriendo después de las 7.00 de la mañana del sábado 10, antes de que su vecindario estallara de alegría.
Familiares y amigos lo recibieron con abrazos, aplausos y lágrimas en los ojos, mientras interpretaban “Volver a casa”, una melancólica canción que se ha convertido en el himno de la migración venezolana, que hasta el momento suma cerca de ocho millones de personas.
Decenas de globos del color de la bandera tricolor de Venezuela y un cartel de “bienvenido” decoraban la fachada de la casa de su madre, donde lo esperaba un desayuno de panes dulces y refrescos de cola.
“Me fui de allí para no tener la misma dirección. Iban a venir por mí. Trabajaba con miedo, iba a jugar al fútbol con miedo, caminaba por las calles con miedo, como si me persiguieran”, alegó.
El joven emigró de Venezuela en septiembre de 2023 y se entregó a las autoridades fronterizas en El Paso, Texas, tras un largo viaje terrestre en el que cruzó la peligrosa selva del Darién, entre Colombia y Panamá. Su hermano había entrado primero a Estados Unidos.
En noviembre, Yamarte llegó a Dallas tras estar detenido en la frontera un par de días. Se reunió con Mervin y varios amigos, también antiguos residentes de Los Pescadores, para trabajar “honestamente” en una tortillería.
Tras la elección de Donald Trump, Yamarte dijo que él y su hermano decidieron regresar a Venezuela, preocupados por los comentarios de Trump atacando a los inmigrantes durante su campaña presidencial.
Pero permanecieron en Texas, expresó, pensando que no les pasaría nada. Ambos creían que tenían documentos que les permitían permanecer en EE. UU.
Agentes armados del ICE allanaron su apartamento en Irving, Texas, alrededor del mediodía del 13 de marzo de 2025. Yamarte vio cómo su hermano Mervin Yamarte, de 29 años, y sus amigos Andy Perozo, de 30, y Ringo Rincón, de 39, todos de Los Pescadores, fueron esposados y se los llevaron.
Las autoridades también arrestaron a Edwar Herrera, de 23 años, otro exresidente de Los Pescadores que había emigrado a EE. UU.
Los cuatro fueron deportados el 16 de marzo a El Salvador, junto con más de 200 inmigrantes acusados de pertenecer al “Tren de Aragua”.
Mervin Yamarte comentó a los oficiales de ICE ese día que le habían permitido ingresar a los EE. UU. y que su documentación estaba al día. Los oficiales le aseguraron que lo estaban deteniendo “solo para investigar”.
Agentes federales fotografiaron los tatuajes de los detenidos: Rincón tenía un búho y su hermano el número 99, entre otros. Yamarte expresó que era el número de fútbol favorito de su hermano: “Un tatuaje no te define como persona”.
Ni él ni su hermano habían tenido problemas con la ley en el país norteamericano, añadió. Las autoridades estadounidenses citaron a Yamarte a comparecer ante un tribunal de inmigración el 6 de abril.
Ese día, ya había cruzado a México por El Paso y viajado de Ciudad Juárez a Ciudad de México. Él creía que haber permanecido libre unas semanas en Texas era “una señal de Dios”.
“A veces, uno es muy insensato por codicia y dinero, pensando que me iba a quedar a pesar de lo que les estaba pasando a otros inmigrantes venezolanos en Estados Unidos”, añadió.
Pero luego, cuando recibió la notificación para comparecer ante el tribunal de inmigración, se convenció de que sería detenido y deportado, tal vez a la prisión en El Salvador.
“Hablé con mi madre y le dije que ya no iba a estar en Estados Unidos, que no era un delincuente. ¿Por qué debían perseguirme?”, manifestó.
Yamarte planea volver a trabajar en Maracaibo después de pasar tiempo con su familia: “Quiero seguir adelante”, añadió.
Aseguró que su hermano es inocente y mantiene la esperanza de ser liberado de la prisión salvadoreña y regresar a su casa en Maracaibo.
Su madre dice estar contenta, mientras tanto, porque dos de sus cuatro hijos que emigraron a Estados Unidos ya están de vuelta viviendo con ella. El padre de los jóvenes, llamado Alirio, alegó que: “Sientes alegría y tristeza al mismo tiempo”.
Fuente: Miami Herald
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