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La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) pidió ayer a la oposición, que estará en la mesa de diálogo con el Gobierno –que se instalará el 1 de diciembre en República Dominicana– trabajar en la apertura de un canal humanitario para el ingreso de alimentos y medicinas que escasean en el país.
Así lo informó Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional (AN), en declaraciones a periodistas al término de una reunión con el clero en la que participó el presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, y el cardenal Jorge Urosa Savino.
“La Iglesia está absolutamente alineada en este clamor nacional que se abra el canal humanitario de medicinas y comidas”, dijo Borges y recordó que numerosos Gobiernos e instituciones han ofrecido ayuda en este sentido a la llamada “revolución bolivariana” y el presidente de la República, Nicolás Maduro, la ha rechazado “por orgullo”.
El también dirigente de Primero Justicia (PJ) aseguró que la CEV espera que este nuevo intento de diálogo sea un “proceso más abierto de información y claridad”, y “sirva para que los venezolanos que no tenemos derecho, ni alimento, ni comunicaciones, ni derechos humanos, podamos salir fuertes de este proceso”.
En este sentido, Borges remarcó que las conversaciones en Santo Domingo contarán con la observación de los cancilleres de Chile, Paraguay, México, Bolivia y Nicaragua, y con la del presidente dominicano, Danilo Medina, en representación del país anfitrión.
“Nosotros obligamos con la presión internacional sentar al Gobierno con seis cancilleres y con un presidente de otro país, y ese es el proceso que nosotros estábamos construyendo para que podamos tener garantías de que cualquier acuerdo tenga la verificación y el seguimiento de estos países“, celebró.
Informó además que un grupo de representantes de la sociedad civil acompañará a la delegación opositora a las conversaciones de diciembre y que, aunque no serán interlocutores directos del diálogo, operarán como asesores de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en estos asuntos.