
El
Cambiándole un poco la letra, “El jueves 14 de este mes, la Big Band se unió a la fiesta y Maracaibo la pasó muy bien”. La Big Band Maracaibo armó el escenario del Aula Magna de la URU para recibir al cantante Ilan Chester en un único concierto con un arranque explosivo.
Los ritmos latinos abrieron un medley que se paseó por diferentes sonoridades que en algún momento ambientaron una propia película de espías. Los metales fueron los protagonistas del popurrí a cargo del maestro Roberto Paredes.
Esta introducción marcó la entrada de Ilan quien, con un alegre caminar, se acercó al micrófono para interpretar Recíbeme, el primero de los temas de un prometido repertorio de éxitos. Le siguió A pasarla bien, línea que contagió a los asistentes. Ya sentado frente al teclado, Ilan empezó a hechizar con Amor sin medida que sin pausa unió a Ojos verdes.
Distintas emociones
“Estoy muy nervioso pero muy feliz”, dijo el intérprete al referirse a esta inusual cita musical. La unión de sus canciones con los arreglos de la Big Band Maracaibo era un experimento que, tras semanas de preparación, finalmente estallaba.
Una veintena de músicos aportaron un nuevo ambiente a las piezas escogidas para la velada. Por alguien como tú cambió los compases de la sala para seguirle dos canciones que por mucho tiempo Ilan no había interpretado en vivo: Vale la pena esperar y El Carrusel.
Las más grandes canciones de amor
Nuevamente frente a las teclas, Ilan Chester lanzó algunos de sus más sublimes dardos dedicados al más intenso de los sentimientos. Amor de entrega de total, Dime si lo notas, Es verdad y Eres una en un millón redoblaron los latidos de la audiencia. Ilan aprovechó una pausa para presentar a uno de los músicos de la banda y por quién expresó su admiración. David Pinto tomó el puesto en el teclado para interpretar una pieza dedicada a Dios.
Desempolvando clásicos, Ilan entonó Desesperanza de Alfredo Sadel y como en una especie de agradecimiento a la acogida en la ciudad, interpretó Aquel zuliano en compañía del gaitero Neguito Borjas.
“Vamos a gozar”
Por minutos, el pianista dejó el escenario a cargo de la Big Band para poco de jazz y dar aire a más swing. Esta parte del show se armó con clásicos más encendidos como Para siempre, Sabe a calidad y Canto al Ávila que levantó de su asiento hasta al más longevo de los espectadores.
Con Ilan no hay despedida
Parecía el fin del show pero no lo fue. El espectáculo siguió con Verte otra vez y la nostálgica El destino.
De nuevo parecía que la noche llegaba a su fin. Fue otro engaño. Ilan se sentó frente al teclado para tocar Solo faltas tú. No pudo dejar en el aire la petición de una chica y entonó Un querer como el tuyo, canción para la que pidió al público “le soplaran la letra porque el tiempo no pasa en vano”.
Soledad y Así no más, de sus primeras grabaciones, cerró una gala de grandes canciones con una retumbante compañía. Ilan Chester se despidió de Maracaibo con una sonrisa y una multitud que le aplaudía por tanta música y alegrías.