Incendio fronterizo y fuga a China

El viaje improvisado e inoportuno del Mandatario se anuncia mientras los gobiernos del hemisferio  convocan reuniones extraordinarias en la OEA, Unasur y en la ONU

El presidente Maduro anunció un nuevo viaje a China, después de que de manera irresponsable por su verbo y por su acción, ha incendiado la frontera al decretar el Estado de excepción en el Táchira, avalado de manera incondicional por un poder Judicial y Legislativo sumisos a los designios del Ejecutivo. El viaje improvisado e inoportuno del Mandatario se anuncia  mientras los gobiernos del hemisferio preocupados por la situación fronteriza existente entre Venezuela y Colombia, convocan reuniones extraordinarias en la OEA, en Unasur, en la ONU, con el fin de facilitar una solución pacífica al drama que viven miles de deportados en la frontera.

Lo cierto es que millones de venezolanos sufrimos hace algún tiempo diariamente las consecuencias del colapso económico, financiero, institucional, social, político y ético, que ahora se le quiere trasladar a los vecinos, al pretender criminalizarlos y no asumir la propia responsabilidad debido a la incapacidad administrativa de nuestros gobernantes. 

No es con el ruido de los tambores de guerra, ni con la destrucción de viviendas de los deportados pobres que se solucionarán las inmensas colas que se repiten en todo el territorio nacional. No es achacándole la culpa a los portales informativos, por publicar la tasa del dólar paralelo en la frontera como se frenará la espiral cambiaria, sino adoptando medidas acertadas y no propiciando la multiplicidad absurda, de varias tasas de cambio oficiales. No es asumiendo la posición de víctimas ante una guerra económica inexistente; o denunciando una conspiración capitalista mundial contra Venezuela; o repitiendo una y otra vez que nuestro país es el primero en la vigencia, promoción y protección de los derechos humanos, cuando se vive el drama de una perversa realidad en la que se radicalizan innumerables excesos deteniendo a Alcaldes electos por el pueblo, destituyendo a parlamentarios por ser críticos, o llenando las cárceles de jóvenes manifestantes por el simple hecho de disentir de la los errores que se multiplican.

Es evidente que los problemas fronterizos existen y que deben ser resueltos, De allí la importancia de lograr un nuevo equilibrio político a partir de las elecciones del 6 de diciembre, en la que los nuevos actores mayoritarios favorezcan la transición y las soluciones de fondo tanto a nivel nacional como a nivel internacional.

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