Indignados en LUZ

Nadie quiere un paro, nadie quiere correr el riesgo de perder su trabajo, nadie concibe una Universidad en decadencia y a la deriva en sus metas académicas

Mientras los gremios hermanos, empleados administrativos y obreros celebran la nueva IICCU, por lo menos sus más connotados dirigentes y no sabemos si sus bases también, la APUZ en Asamblea (21-09-2015) le dijo no a la II CCU por considerarla irrespetuosa a las aspiraciones de los docentes de poder devengar un salario justo que nos permita salir de la actual indigencia en que nos encontramos.

Nadie quiere un paro, nadie quiere correr el riesgo de perder su trabajo, nadie concibe una Universidad en decadencia y a la deriva en sus metas académicas. Si nos vuelven a colocar en esta encrucijada, una vez más, la responsabilidad recae en el Gobierno y su antipolítica universitaria. Hoy se votó por unanimidad para ir a una protesta que permita hacer reflexionar al Ministerio de Educación Superior y con ello retomar las conversaciones y encontrar, mediante la negociación con la Fapuv, un punto medio. Aspiramos lograr un aumento que como mínimo nos permita atender nuestras necesidades cotidianas más básicas. 

El escenario deseable es retomar las negociaciones y llegar a un acuerdo satisfactorio para las partes, entiendo que ese es el propósito de la Fapuv. El escenario más conflictivo es que el régimen busque quebrarnos como lo hizo en el año 2013, que estando en paro por lo mismo de ahora, hizo los depósitos del aumento que impuso a rajatabla en nuestras cuentas nóminas. La Fapuv no estuvo de acuerdo, los docentes tampoco, pero logró desactivar el paro de ese entonces. Nosotros cobramos ese aumento pírrico “bajo protesta”. Ahora pretenden hacer lo mismo y para ello cuentan como aliados a los administrativos y obreros a los que le han dicho que el aumento y sus retroactivos empezarían a ser cobrados el 30 de este mismo mes. Esta situación difícil debe ser muy bien analizada por la Fapuv.

Los universitarios lo que queremos es paz y normalidad, pero para ello, nuestros salarios deben ser razonables para sentir que nuestro desempeño profesional es valorizado como en otras instituciones y países. Además, hay que detener la sangría de renuncias que semana tras semana se están produciendo de docentes que abandonan la Universidad. El paro, la huelga y la protesta, es el último recurso que por ley nos ampara para salvaguardar y defender nuestros derechos y conquistas laborales. La defensa del salario es hoy algo tan vital porque el bienestar de nuestras vidas y familias depende de ello.

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