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Por cada bolívar que se aumenta el salario, los alimentos aumentan entre cuatro y cinco bolívares. De acuerdo con datos del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), la canasta alimentaria familiar tiene un precio de 142 mil 854,20 bolívares, mientras que el salario mínimo desde el 1 de mayo es de 15 mil 51 bolívares más 18 mil 585 bolívares en bono de alimentación.
Jorge Sánchez, secretario de organización de Primero Justicia en Maracaibo, describe estos números como “fatales y dramáticos”. “Maduro dice que ha aumentado 100 por ciento el salario mínimo en lo que va de año, pero la canasta alimentaria ha aumentado más de 600 por ciento. Nosotros nos preocupamos cada vez que él anuncia un aumento de salario mínimo”.
Añade que aparte de que a los venezolanos no les alcanzan los recursos, se ven obligados a pasar entre cuatro y cinco horas diarias en colas en supermercados para adquirir alimentos. Y es que -asegura- la escasez de alimentos supera el 40 por ciento y en el caso de rubros prioritarios como la harina de maíz, azúcar y leche, la cifra llega al 80 por ciento. Esto activa los mercados negros en donde se pueden encontrar productos con importes dos mil por ciento mayores a los regulados.
“Estamos viviendo una catástrofe. Los zulianos ya no pueden comer tres veces al día, comen una y en el mejor de los casos dos y comen lo que consiguen”, dice explicando que esta situación viene acompañada de una escasez de 75 por ciento en medicamentos. “Estamos buscando una vía de escape, en la que la gente se manifieste y la gente diga si quiere que este Gobierno siga o si podemos buscar un cambio para este país en 2016 a través del referendo revocatorio”.