Iniquidad

Es calamitoso ver como el irrespeto al dolor ajeno, se usa como arma política en un desesperado trance que trata de asir un hecho a la campaña electoral

¿Cómo pueden aparecer en las redes sociales las fotos de una dama descuartizada en Caracas y en las cuales se presenta en forma ordenada las piezas desmembradas, incluida la cabeza?  ¿Y otra con el resto del cuerpo? Solo es posible una respuesta: las autoridades que conocen del caso permitieron tal atrocidad, pues el cadáver y sus partes fue localizado dentro de un auto y las reseñas están perfectamente organizadas como piezas de exhibición.

Lo feroz y criminal es tejer a partir de tal delito, una secuencia político-electoral, culpando a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de estar detrás de ello y en boca de Maduro acusar a paramilitares colombianos en combinación con políticos de la oposición, de organizar crímenes en contra de los mismos opositores (incluido Leopoldo López) y personeros del Gobierno.

Es calamitoso ver como el irrespeto al dolor ajeno, se usa como arma política en un desesperado trance que trata de asir un hecho a la campaña electoral. Supuestamente, uno de los presuntos autores del hecho es afín a Capriles y por ello se deduce que es un crimen de la oposición.

Si esa premisa es válida tal como lo afirma Maduro, mutatis mutandis, habría que admitir que el asesinato de cuatro delincuentes en Maracay, ejecutados por policías del estado Aragua, casi en la misma fecha del caso de la dama asesinada, es de origen y factura del gobernador de Aragua (militante del PSUV) y por ende también del mismo Presidente. También serían autores y solidarios con todos los asaltos, asesinatos y delitos en los cuales policías nacionales han participado y que son de pleno conocimiento del país. Casos sobran para llegar a estas conclusiones que incluyen el narcolavado y el caso del Banco de Andorra, entre muchos.

Que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) asuma una posición estoica, es su problema, pero quienes nada tenemos que ver, ni intereses que defender de ninguna de las partes, asumimos el riesgo de protestar por tanta liviandad y desquiciamiento, que resulta irrespetuoso y lesivo aún al más lerdo de los humanos. Parece que el Gobierno silba cuando pasa frente al cementerio. El crimen está resuelto, según Maduro, falta ver si el motivo sigue siendo el mismo el cual es vox pópuli; se debatía entre víctima y asesino un simple delito de venta clandestina de divisas. Estirar el hecho más allá de la realidad, es presumir la idiotez colectiva. Cada quien juzga por su condición. 

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