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En la entrada de Fundabarrios, parroquia Domitila Flores del municipio San Francisco, Johán Enrique Badell Salas, de 39 años, recibió una descarga eléctrica cuando intentaba robar una lámpara de un poste de luz. El presunto delincuente aprovechó la oscuridad de la madrugada para perpetrar su fechoría, caminó rumbo al poste, se agarró fuertemente a él y comenzó a ascender, pero nunca imaginó que un cortocircuito acabaría con su vida.
Al llegar a la cúspide del poste una fuerte descarga lo sorprendió, batió las manos en el aire y cayó al pavimento, todo había terminado, el golpe que recibió en la cabeza lo mato instantáneamente. Los vecinos del sector observaban el rostro de Badell, la sangre le goteaba por la nariz, las orejas, los ojos, formando un charco. El cuerpo yacía boca abajo con los ojos entre abiertos, las piernas cruzadas, los brazos extendidos, el cabello estaba chamuscado al igual que los vellos de la piel cuyo aspecto había adquirido un gris pálido.
Kevin Bracho iba camino a su casa en un carro por puesto a las 7.00 de la mañana de ayer cuando de pronto observó un hombre tendido en el suelo junto a un poste, al principio pensó que se trataba de un alcohólico, pero la sangre que brotaba profusamente de la cabeza del occiso le hizo entender que era otra cosa. "Cuando vi la sangre entendí que ese señor había muerto. Me bajé del carrito y llamé a la Policía".
En cuestión de horas, Polisur llegó al lugar, los vecinos indignados le pedían a los funcionarios que patrullaran con más regularidad. "En esta calle no hay luz de noche, una persona puede salir desnuda sin temor a que alguien la vea. Necesitamos que nos coloquen el alumbrado", expresó Carolina Sosa, una de las habitantes de Fundabarrios.
Mientras la comunidad manifestaba su descontento ante la inseguridad que los azota, uno de los vecinos decidió registrar los bolsillos del maleante descubriendo así su identidad, también halló un carné, donde figuró el nombre de Yoleida Josefina de Badell, de la cual se presume sea la esposa de Johán.
Las opiniones de los miembros de la comunidad están divididas, unos aseguraron que el occiso no era del sector, nunca lo habían visto; mientras otros, afirmaron que era un indigente que se dedicaba a robar bombillos, meterse en los patios de las viviendas y atracar.