La necesidad de un despertar de una sociedad marginada, es una imperiosa herramienta que exige sacrificios, o sumergirse en el lumpen “revolucionario”
En los atormentados días y noches de Maduro, ¿sentirá el remordimiento por el desastre que hoy es Venezuela? ¿Estará consciente de que, todas las pueriles explicaciones engañosas de atentados en su contra, guerras económicas imaginarias, causan risa, por ser inverosímiles? ¿Cómo enfrenta y enfrentará las repetitivas conductas de militarotes y policías delinquiendo, señalados por la prensa nacional e internacional casi diariamente de traficar con drogas, asaltos, extorsiones, etc.? ¿Cómo asume el hecho de saber que sus familiares cercanos están involucrados en grado de flagrancia en delitos de narcotráfico y presos en EEUU?
Desde otro punto preguntamos: ¿Sabe Maduro con certeza que el máximo Tribunal alberga Magistrados designados por Diosdado, quienes no califican en lo mínimo para sus respectivos cargos? ¿Tendrá plena conciencia de que las decisiones que le favorecen, dictadas en horas, carecen de juridicidad? ¿Sabrán Maduro y el Poder Ciudadano que la justicia en Venezuela se administra, salvo valientes excepciones, en subasta en las diferentes materias, en todas las competencias y grados?
¿Qué sentirá el hampa de derecha cuando disfruta de inmensas fortunas generadas por una criminal concepción de la relación con el Gobierno y en combinación con el hampa de Estado, que incluye obras, compra, venta y distribución de bienes y servicios? ¿Qué sienten los hampones de Estado y de derecha, cuando a diario mueren venezolanos, niños incluidos, por falta de medicinas y alimentos o asesinados impunemente? ¿Qué piensa Maduro cuando diariamente ciudades del interior sufren tres horas diarias de corte eléctrico? ¿Sentirán los responsables, remordimiento por el robo descarado del dinero que invertido honestamente hubiera evitado tal tragedia? ¿Qué sienten los militarotes que en cargos inmerecidos, llevaron y llevan a la ruina empresas confiscadas o del Estado?
Podrían ser miles las interrogantes pero al final, las respuestas no las darán. El poder ciego y desmedido que ha infectado de ignorancia, corrupción e impunidad, se retroalimenta de la mentira y además del odio de los más necesitados, fruto de la siembra chavista, que los aferra al soborno social como forma de vida.
La necesidad de un despertar de una sociedad marginada, es una imperiosa herramienta que exige sacrificios, o sumergirse en el lumpen “revolucionario”.