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Con el paso de los meses se transformó en una realidad en la que las autoridades gubernamentales no le pusieron fecha para la solución del tema de las invasiones en los terrenos productivos de LUZ.
Las autoridades de La Universidad del Zulia (LUZ), en Consejo Universitario, denunciaron que un grupo de invasores “de oficio” permanecen apostados en las inmediaciones de la granja experimental Ana María Campos, ubicada en la vía Maracaibo, La Cañada de Urdaneta y la hacienda San Pedro en el municipio Machiques de Perijá para realizar actividades “contrarias a la ley” e invadir los espacios.
José Manuel Rodríguez, decano de la Facultad de Veterinaria, manifestó que “lo importante es la formación de nuestros estudiantes, su desenvolvimientos en laboratorios y en el campo, además que tanto en la granja como en la hacienda descansa la productividad agrícola y pecuaria de la región. Por tanto hacemos un llamado a las autoridades para que se pronuncien y actúen ante esta situación vandálica que atenta con la producción de talentos y rubros para la región”.
Ana Colina de Rubio, decana de la Facultad de Agronomía, señaló que “la granja tiene más de 50 años al servicio de toda la comunidad y que las personas deben comprender que construir allí una gran barriada solo afectará aún más el desarrollo social en el Zulia, en el pulmón vegetal existen proyectos agrícolas para la siembra y producción de sorgo, frijoles, yuca y hortalizas para el beneficio de la comunidad en convenio con la Gobernación”.
Rodríguez expuso que los problemas van más allá, puesto que en reiteradas ocasiones estos patrimonios fueron víctimas del hampa que cargó con ventanas, puertas, pupitres, pizarras, escritorios, bombillos y aires acondicionados. Los espacios no solo funcionan como fuentes de producción, desarrollo agropecuario y agrícola, sino que allí se prestan múltiples servicios como la docencia, investigación y extensión, que alimentan el intelecto de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Agronomía, además otros colegios universitarios como también beneficiábamos a los lugareños.
“Es difícil y muy triste esta situación. No solo es el daño cuantitativo, es el daño a la formación y al patrimonio universitario. Incluso se ha planteado que allí funcione un módulo para atender a nuestros estudiantes foráneos, pero vemos como se cierran los espacios por el desorden que estamos viviendo”, sentenció la decana.