Paradójicamente, pese a que Venezuela tiene el mayor potencial energético per cápita del mundo, mendiga por un poco de luz y de combustible. Este es el verdadero “sabotaje” cuya lesa humanidad y naturaleza vende patria, mata nuestros enfermos y destierra nuestros hijos
Pasaron pocos días del año 2019, para recordarnos la marcada debilidad ya amplia y previamente denunciada del sistema eléctrico del estado Zulia, al estrenarse el primer apagón general de la entidad. Que este masivo apagón ocurriese en el período de menor demanda anual por factores cíclicos de la estacionalidad climática, es muy preocupante y todavía más porque la demanda se asemeja a la de finales del siglo XX, que todavía no ha encontrado su fondo, por los eventos sucedidos en los anales de nuestra historia y la continuada diáspora y destrucción de la economía criolla.
Pero como si esto no fuera ya una tragedia, lo peor es que la capacidad de respuesta para corregir los problemas técnicos de fondo, son imposibles de implantar por diversas razones: 1) La diáspora en Corpoelec, 2) Creciente inhabilidad de conseguir las piezas necesarias, la mayoría de importación, 3) El talento para hacer las adaptaciones, 4) La fama de su naturaleza corrupta y maula y 5) El avance del deterioro. Porque la cultura de mantenimiento de calidad se destruyó y lo que impera es el propiciar el calvario eléctrico como caldo de cultivo para raspar la olla.
Varias son las tesis que han quedado al descubierto en esta infamia energética contra Venezuela, y en ningún lugar aplican más que en el estado Zulia, la más débil región en cuanto a electricidad se refiere. Primero, el problema no es Guri, nunca lo fue, ya que actualmente se encuentra en un 93 % lleno. El problema no es que llueva o deje de llover, el problemón es que este régimen por política de Estado nos ha convertido en méndigos energéticos.
Paradójicamente, pese a que Venezuela tiene el mayor potencial energético per cápita del mundo, mendiga por un poco de luz y de combustible. Este es el verdadero “sabotaje” cuya lesa humanidad y naturaleza vende patria, mata nuestros enfermos y destierra nuestros hijos. El país clama a gritos su rescate a través de la artillería de: salud, ética, productividad, educación, honradez extrema, austeridad y trabajo. Esa es nuestra exclusiva tarea porque Venezuela es nuestra patria. ¡Pa’lante que para atrás espanta!