Jardines La Chinita

Se habla de restituir a manos privadas el manejo de Jardines La Chinita. Sus áreas verdes y ornamentales, sus edificaciones son de costos elevados y se deben pagar

La precisión y rapidez con las cuales el chavismo destruye, le da un lugar destacado en la Historia Universal. Esa certeza del daño y su ensañamiento traspasa y envuelve todo. Hablamos de industrias, tierras, comercios, cultura, sociedad, economía y muchas cosas más, dentro de esas, la emblemática construcción del Cementerio o Parque La Chinita; hoy en jurisdicción del municipio San Francisco del estado Zulia, lugar de novedosa creación que trató de extinguir el concepto macabro de nuestros cementerios, erigiéndose en un verdadero Camposanto, en el cual el orden, la simetría y la igualdad de sus tumbas, uniformaba un paisaje exquisitamente diseñado, entrelazando la naturaleza con un ambiente de paz y sosiego en el cual todos sentíamos la tranquilidad y seguridad ante la conformidad de la partida de seres queridos, amigos o conocidos.

Surge la promiscuidad del régimen, con su desborde de demagogia, arbitrariedad e inconstitucionalidad, apropiándose del trabajo de la empresa privada y arrebatando el “Cementerio de los ricos”, olvidando que, si algo igualó a nuestros pobres y ricos fue ese cementerio que uniformó a sus usuarios sin distingos de clases, colores y tendencias políticas. Usurparon todo y dejaron en el abandono, el desorden y la promiscuidad, lo que fue un adelanto en el concepto de cementerios; por supuesto que todo eso tenía un costo de adquisición y mantenimiento. Sus áreas verdes y ornamentales, sus edificaciones son de costos elevados y se deben pagar y se hacía en cuotas que en nada alteraban la economía de sus usuarios y los restos de sus difuntos descansaban en paz.

Hoy, la anarquía es la conducta repetida de un régimen que atenta contra todo sistema organizado, contra el orden, seguridad y belleza. Su fin es destruir y homologar a todos en la miseria y el mal gusto. El saqueo de lápidas de bronce que eran uniformes y de las mismas medidas, degrada todo lo construido. La devastación de jardines es patética. Los objetos utilizados para el acto de sepultura son cachivaches vergonzosos y el personal que realiza tales labores es impreparado, de conducta grosera y mal vestir que sustituyó los uniformes que proporcionaba la empresa.

Estamos en la vivencia plena de la negación de sentimiento y respeto. Se habla de restituir a manos privadas el manejo de Jardines La Chinita. Si lo hacen, dura tarea será recuperarlo.

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