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La ciudad vieja de Jerusalén permanecerá cerrada durante las próximas horas por la imposición de las fuertes medidas de seguridad israelíes que acompañan la estancia del presidente de EEUU, Donald Trump, que llegó hoy en Tel Aviv para visitar Israel y Palestina.
“Algunas tiendas han sido cerradas por las disposiciones de seguridad específicas”, informó a Efe el portavoz policial Micky Rosenfeld, que aseguró que el cierre de los comercios es temporal y durará “dos o tres horas”, aunque es posible que se mantenga toda la jornada pues muchos negocios no abrieron hoy por un paro convocado en apoyo a los presos palestinos en huelga de hambre.
Trump visitará hoy la ciudadela en un recorrido calificado como “privado”, que no contará por tanto con acompañamiento de autoridades oficiales y le llevará a la iglesia del Santo Sepulcro, lugar más sagrado para los cristianos y donde la tradición sitúa la crucifixión y resurrección de Jesús, y al Muro de las Lamentaciones, único vestigio del Segundo templo judío, lugar más sagrado para el judaísmo.
Se trata de la primera visita de un presidente estadounidense en activo a este lugar, algo que siempre evitan pues se encuentra en la zona este de Jerusalén, territorio palestino ocupado desde 1967 para la comunidad internacional, que Israel reclama como soberano y en el que los palestinos quieren establecer la capital de su estado independiente.
En la plaza del Muro de las Lamentaciones se ha colocado un enorme andamio de protección, que tapa la visión a lo que ocurre en el muro, para neutralizar posibles disparos durante su exposición en ese lugar abierto.
Trump y su esposa, Melania, deberán visitar el muro separados, pues la ortodoxia judía separa a hombres y mujeres en este lugar sagrado, y él deberá cubrirse con un solideo.
El portavoz policial negó a Efe que se haya impedido o dificultado el acceso a los residentes de la ciudad vieja, como informaron esta mañana algunos medios israelíes, y también que se hayan evacuado de sus casas a algunos vecinos.
En las redes sociales se repetían las imágenes de esta parte de la ciudad vacía de transeúntes y tomada por los servicios de seguridad israelíes, que han desplegado a 10.000 agentes por toda la urbe como parte de las excepcionales medidas de seguridad dentro de la operación “Escudo Azul” para recibir a Trump y a su comitiva, de unas 900 personas.
También los servicios secretos estadounidense están desplegados en la ciudadela para garantizar que la histórica visita transcurra sin incidentes.