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El divismo de Hollywood y la ambición artística se dieron hoy la mano en la alfombra roja del Festival de Venecia, donde coincidieron un ídolo de masas como Johny Depp y el cine del ruso Alexander Sokurov, que mostró a concurso la película más aplaudida hasta ahora, Francofonia.
Depp escarba en su lado más oscuro para meterse en la piel de un gánster de la vieja escuela, de esos que es un amoroso padre de familia en casa, un hijo dedicado a su anciana madre, pero un despiadado enemigo con todo aquel que interponga en su negocio en las calles del sur de Boston.
Depp, que protagonizó la rueda de prensa más concurrida hasta el momento en Venecia, encarna en Black Mass a un personaje real: James “Whitey” Bulger, el que fuera jefe del hampa irlandesa en Boston durante los años 70 y 80, cuyo hermano fue senador y que colaboró con el FBI para acabar con la mafia italiana en la ciudad del noreste de Estados Unidos.
“Encontré el mal en mi hace mucho tiempo y lo acepté. Somos amigos”, bromeó el actor al explicar cómo preparó el personaje. Ya más serio, vocalizando de forma extrañamente lenta, agregó: “Con un personaje como James Bulger sólo puedes que acercarte como un ser humano. Nadie se levanta por la mañana, se afeita, se lava los dientes, se mira al espejo y dice soy malo o voy a hacer algo malo”, explicó el actor como intentando ser comprensivo con su personaje, al que intentó “ser fiel” en todas sus facetas.