A 211 años de aquella Batalla de La Victoria de 1814, y en medio de un contexto de controversia política, una economía afectada por la inflación y los bajos sueldos, la juventud venezolana aún apuesta con resiliencia todos los días por la lucha de construir un futuro próspero en el país que los vio crecer.
Cada día, de martes a sábado, a las 4.30 de la madrugada suena la alarma de Andrés Beltrán, un joven marabino de 22 años quien trabaja en una reconocida farmacia de Maracaibo.
Tras despertar, Andrés hace ejercicio, desayuna y se termina de alistar para a las 6.00 de la mañana salir de su casa al trabajo, ya que su jornada empieza a las 7.00, pero debe llegar antes.
Cada mañana el transporte que le ofrece su trabajo lo va a buscar. Una vez en el establecimiento, comienza una jornada laboral de 12 horas, hasta las 7.00 de la noche. Él es recepcionista, así que debe ser muy cauteloso en su trabajo, verificar la calidad de los productos y sus fechas de vencimiento.
¿Su prioridad? Utilizar el dinero que gana para ayudar con los gastos de su casa, ya que vive con sus padres y su abuela, pero solo él y su papá trabajan.
“Trabajo para eso, para ayudar en la casa, ayudar porque la situación no es nada sencilla, un solo sueldo o una sola fuente de ingreso en la familia se queda corta, entonces, por lo menos, con mi sueldo siendo un dinero fijo en cada quincena, se hace más llevadera la cosa entre mi papá y yo”, comentó al Diario La Verdad.
Hace ya algunos años Andrés dejó la carrera de Comunicación Social tras haber cursado dos semestres, ya que se le imposibilitó costear una universidad privada. “Tengo pensado con el favor de Dios pronto recuperar mis estudios”, agregó ilusionado, mientras comentó que no tiene planes de irse del país.
A pesar de que muchos jóvenes han decidido cruzar fronteras con la aspiración firme de tener una mayor estabilidad económica, existen jóvenes, como Andrés, que no conciben su vida fuera de la tierra en que nacieron.
“¿Qué me motiva a seguir en Venezuela? Bueno, más que todo es porque este, mi país, mi ciudad, mi casa en general, es donde siempre soñé, la verdad desde pequeño, poder prosperar, poder surgir”, agregó.
Según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), de Venezuela han partido 7,7 millones de personas en busca de protección y una vida con mejores oportunidades. Gran parte de esta cifra está conformada por la población joven.
En un país en el que el sueldo mínimo ronda los 2 dólares y la canasta alimentaria roza los 500 dólares, según los datos del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), buena parte de la juventud aún opta por continuar su sueño de prosperar en el país.
“Sí, son tiempos duros, sí, son tiempos difíciles, pero también soy fiel creyente de que el trabajo duro y el esfuerzo da siempre sus resultados, entonces me quedo acá, ayudando y siempre prosperando junto con mis padres, ayudando, tratando de salir adelante en cada situación”, comentó el joven, quien también tiene nacionalidad colombiana.
“Yo lo considero como eso justamente, como una lucha. Una lucha que, pues, a esta generación nos ha tocado y a pesar de tener la posibilidad de irme para Colombia, como se han ido bastantes miembros de mi familia, prefiero no optar por eso”, manifestó.
Para él, el Día de la Juventud es un recordatorio de que los jóvenes “somos el motor del futuro, de la sociedad y de la propia historia”.
Trabajar para estudiar
José Ángel, un joven marabino de 24 años, estudia Ingeniería Electrónica en la Universidad Rafael Belloso Chacín (Urbe). Además de estudiar, también trabaja en el local de sus abuelos, ahí ejerce como técnico.
Su rutina empieza a las 7.00 de la mañana. Tras alistarse, camina al trabajo, que está a unos 10 minutos de donde vive, en Maracaibo.
Gran parte de sus ingresos, comentó al Diario La Verdad, se van en costear sus estudios y en colaborar en su casa.
“Yo me quiero graduar, quiero continuar trabajando aquí y quiero seguir aquí en Venezuela. Aspiro a que mejore mi país. Antes de salir del país a trabajarle a alguien más, prefiero trabajar aquí y trabajar para mí. No tengo planes de irme”, detalló.
Como José, hay miles de jóvenes que, en un intento de costear sus estudios universitarios, deben trabajar largas horas y, aún así, pedir el apoyo de familiares que están lejos.
En agosto pasado, Carlos Meléndez, presidente del Observatorio Universitario, denunció en una entrevista concedida a Unión Radio que los estudiantes universitarios “ya no cuentan con las providencias estudiantiles que otrora brindó el sistema de educación superior”.
Reveló entonces que el 70 % de la matrícula estudia y trabaja al mismo tiempo, para poder costear los gastos universitarios.
“El estudiante que está dentro del sistema de educación superior, es el joven con más privilegio del país”, alertó.
Jóvenes emprendedores
Lo que comenzó como un sueño para Giovanna Pietrantonio, de 26 años, con trabajo y dedicación terminó como una realidad. Se trata de su emprendimiento: una agencia de viajes, que justo este miércoles 12 de febrero cumple dos años.
Tras levantarse en la mañana, esta joven emprendedora entrena y revisa las redes sociales de su marca personal, ya que, además de tener una agencia de turismo nacional, con la que busca mostrarle a las personas la belleza que el país tiene para ofrecer, también trabaja en el mundo de la publicidad.
Teniendo en mente un futuro prometedor, Giovanna no tiene planes de irse del país. “Amo Venezuela, siempre he pensado que tu progreso, tu desarrollo, tu éxito no depende de la nación donde tú estás. Tú no dependes de lo que la nación te pueda ofrecer, sino de lo que tú puedas ofrecerle a la nación”.
Datos de la Cámara Venezolana del Emprendimiento (Cavempre) revelan que, a escala nacional, el 82 % de los emprendimientos fracasa después de su primer año de funcionamiento, las principales razones son por políticas gubernamentales (burocracia, impuestos, falta de apoyo), falta de financiamiento y dificultades para acceder a servicios básicos.
A pesar de estas estadísticas, Giovanna se mantiene firme en su deseo de mantener este negocio de viajes a lo largo del tiempo, y que la situación económica del país no la obligue a cerrarlo.
“Aspiro a tener otros emprendimientos. Pronto tengo un proyecto personal de sacar una línea de ropa si Dios quiere. Vamos a ver cómo se da todo”, comentó ilusionada, y reafirmó que su propósito “está en este país”.
“Estoy en el país y en el lugar donde el propósito de Dios se está cumpliendo”, agregó.
¿Deseas recibir esta y otras noticias en tu celular? Únete a nuestro grupo de Telegram https://t.me/diariolaverdad y WhatsApp https://bit.ly/3kaCQXh. Además, sigue nuestro perfil en Instagram @diariolaverdad y en Facebook y Twitter @laverdadweb.