Jóvenes, video juegos y seguridad

Las diversas opciones de diversión con medios electrónicos son una alternativa cada vez más popular entre los jóvenes, que de no aplicar medidas de prevención… pueden convertirse en víctimas

La agitada dinámica de las urbes influye en los hábitos y costumbres del grupo familiar. Entre otros factores, la inseguridad limita las posibilidades de movilidad, la interacción personal con otros familiares y amigos, restringiendo los horarios y sitios de esparcimiento.

Esto ha provocado que una gran cantidad de jóvenes utilicen video juegos mediante consolas, computadoras o teléfonos inteligentes que en todos los casos se conectan a Internet.

En temporadas escolares pero especialmente en las vacaciones, se intensifica este tipo de actividades en la que pueden pasar hasta seis, ocho o más horas de forma ininterrumpida. De allí que se considere importante compartir algunos aspectos de prevención que como representantes, debemos tener presentes.

Como en  toda posición sedente, deben establecerse pausas activas por lo menos cada dos horas de juego. Cada vez son más frecuentes los casos de jóvenes y niños con enfermedades músculo esqueléticas, en especial en columna, cuello y manos. A estas deben sumárseles las de naturaleza oftalmológica. Así mismo, debe velarse porque el juego no ocupe el espacio del sueño. Se han presentado situaciones en las que se consumen bebidas energizantes o drogas para crear en el organismo estados de concentración mental forzados, lo que puede afectar el sistema nervioso central y el ritmo cardíaco. 

Gracias al internet, los juegos permiten establecer contacto y mantener comunicación con otros jugadores, bien sea por mensajes de texto o conversaciones. Estas vías son aprovechadas por delincuentes que utilizan la fachada del anonimato, para crearse falsas identidades y atacar al joven jugador constituyendo vínculos de “amistad”.  Aprovechándose de su inexperiencia, falta de malicia e inocencia, buscan en algunos casos obtener imágenes que luego son compartidas en redes de comercio sexual, orientadas principalmente a satisfacer la demanda de pedófilos de cualquier parte del mundo. Así mismo inician una cadena de extorsiones que se alimenta de nuevas imágenes y hasta encuentros sexuales. 

En oportunidades, inician un disimulado, elaborado y detallado conjunto de preguntas sobre los hábitos del grupo familiar inmediato del joven. Esto les permite obtener información tal como: cantidad de familiares, hora de salida y llegada, dirección de su residencia, objetos de valor que pudieran estar en el sitio, tipo de vehículo de los padres, entre otros. Con estos datos posteriormente ejecutan robos, secuestros u otros delitos.

Mediante un personaje ficticio del sexo opuesto establecen un alto grado de afinidad con los jóvenes y llegan a obtener  datos de las tarjetas de crédito y documentos de identificación de los padres. Luego realizan compras por internet y otro tipo de operaciones financieras.

Es muy importante mantener la comunicación con nuestros hijos, en cuanto a los peligros que pueden enmascararse utilizando los videos juegos y el Internet. Por otra parte, asegúrese de conocer el contenido de comunicaciones que establecen con otros jugadores, así como que se mantengan hábitos de prevención.

Recuerde que los delincuentes se mantienen en permanente búsqueda de nuevos métodos para hacer de usted y los suyos una víctima.  

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