Juan Pablo Guanipa

La democracia nueva, prístina y transparente que el pueblo aspira y desea ver realizada, reclama un liderazgo político que esté enmarcado en los principios de la moralidad administrativa, y en una conducta individual y social incuestionable

Después de mucha dedicación y esfuerzo, logró la candidatura de la oposición a la Gobernación del Zulia, en una jornada democrática y donde compitió con quien fue una meritoria oponente, Evelyn Trejo de Rosales, nuestra Alcaldesa de Maracaibo. Le corresponde ahora conseguir el triunfo que lo lleve al Palacio de los Cóndores, para que sea de ese modo como el despacho diario del Gobernador, salga de la Residencia Oficial y vuelva a la Plaza Bolívar, como siempre fue, porque es en ese lugar adonde acude el pueblo a expresar sus necesidades y reclamos. Si Juan Pablo ha dedicado muchos meses y días a visitar las barriadas de Maracaibo y el Zulia para hablar con sus pobladores y conocer sus aspiraciones, debe admitir que una forma de poderlos escuchar mejor es brindarles la oportunidad de hacerlo en el que sin duda ha sido el despacho oficial del Gobernador desde hace muchos años. 

Son grandes los retos que le esperan, y consideramos como el más importante la convicción que el pueblo tendrá de él al considerarlo y sentir a su Gobernador como uno más de ellos, honesto, humilde trabajador, preocupado por sus angustias, y sobre todo que vean siempre en él y en su desempeño la impronta que con orgullo lleva y que caracterizó a su querido y recordado padre y mejor amigo, Manolo Guanipa, político respetado y acatado, honesto a toda prueba, poseedor de un liderazgo sin aspavientos, recto, leal y que dedicó su atención personalísima a formar al lado de su esposa, Corina Villalobos de Guanipa, la familia principista que el Zulia conoce.

Que no se diga nunca de su gestión que cualquier semejanza con personajes de la vida real ya conocida es pura coincidencia, porque a Juan Pablo no se le podrán atribuir conductas indecorosas y reñidas con lo que seguramente le corresponderá impulsar: una sana administración en la que no habrán contratos con testaferros, ni obras no realizadas pero pagadas. Ya basta de los negociados y corruptelas urdidos a la sombra y abusos del poder, con violaciones a la Ley. La democracia nueva, prístina y transparente que el pueblo aspira y desea ver realizada, reclama un liderazgo político que esté enmarcado en los principios de la moralidad administrativa, y en una conducta individual y social incuestionable. El cambio que esperamos los zulianos debe ser total. Atrás quedarán los días de frustraciones, dolor, necesidades y deseos por tener y gozar un país y vida mejor. Juan Pablo, seguros estamos que podrás lograrlo.

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