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Franchesca Natalia Carrillo Rodríguez (13), quien fue violada y asesinada el martes en la noche en una casa del barrio José Gregorio Hernández, presentó altas concentraciones de sustancias psicotrópicas en su organismo, además de golpes y señales de asfixia, según detalló la Policía. Por el caso hay seis detenidos, entre los que figuran el presunto homicida y su madre.
Yumaira del Carmen Hernández Fernández (34), quien es la dueña de la casa donde asesinaron a Carrillo y madre uno de los supuestos homicidas, conocido como el “Ipita” (17) están a la orden del Ministerio Público por el crimen. La mujer enfrenta cargos por el ocultamiento del crimen debido a que ella ayudó a su hijo a sacar el cadáver a la calle.
Leonardo de Jesús Meneses Palmera (19) es otro de los que está bajo custodia de la Policía científica por resistencia a la autoridad. Al parecer el pasado miércoles interrumpió violentamente las experticias de los investigadores en la casa donde ocurrió la violación. Todos están a la orden del Ministerio Público.
El adiós
Un centenar de personas se acercaron al funeral de la adolescente que se realizó ayer en la casa donde creció. En la sala de la casa de paredes blancas, signada con el 101D-11, estaba el féretro de la adolescente con una fotografía de ella a su lado y una decena de arreglos florales.
Los familiares, amigos y residentes de sectores adyacentes asistieron al funeral. Los Carrillo no emitieron declaraciones a la prensa, algunos por dolor, otros por órdenes del padre de la joven. Frente a la vivienda está el jardín de infancia María Rosario Campos. Una de las docentes del plantel recordó que tanto Carrillo, como su presunto asesino, estudiaron allí.
Un empleado del centro educativo, quien además es vecino del barrio donde ocurrió el homicidio, indicó que la occisa cursaba sexto grado en el colegio Egidio González, pero no asistía a clases con frecuencia. “La madre de esa niña nunca cuidó de ella, siempre la dejó hacer lo que le diera la gana y no le importaba que estuviese en la calle. En esa casa entraban y salían hombres distintos todos los días”.