La basura intelectual socialista

Miles de jóvenes ignorantes, utilizados como carne de cañón, murieron en la sangrienta bobería de liberar a los hermanos oprimidos. En cambio sus líderes, al verse derrotados por el Ejército, más por conveniencia que por convicción, decidieron rendirse y admitir que estaban equivocados. Hoy en día, la mayoría son dirigentes de la oposición y están vivitos y coleando

No importa cuántas desgracias históricas se produzcan en nombre de esa basura intelectual llamada Socialismo o cuántas muertes, guerras, miseria y ruina provoque, lo cierto es que la misma utopía vuelve a repetirse en otros tiempos, con nuevos personajes y lugares distintos, generando los mismos desastres y desilusiones.

La caída de la cortina de hierro, signo inequívoco del fracaso total del comunismo, ocurrió en 1989, y sin embargo, un año después, en 1990, Fidel junto con Lula (hoy condenado por corrupción), la FARC, el ELN (hoy demócratas), el Frente Sandinista y otros, fundaron el Foro de Sao Paulo, cuya finalidad es redimir a la humanidad (cobardemente abandonada por Moscú), y renacer el marxismo en el ámbito mundial y latinoamericano. Para colmo, el proyecto posteriormente fue financiado por el que se creyó eterno, con dinero de los venezolanos.

En los años 60, la juventud de entonces, contagiada por Fidel, sufrió el sarampión comunista y sus líderes inventaron “la guerrilla vendepatria”. Miles de jóvenes ignorantes, utilizados como carne de cañón, murieron en la sangrienta bobería de liberar a los hermanos oprimidos. En cambio sus líderes, al verse derrotados por el Ejército, más por conveniencia que por convicción, decidieron rendirse y admitir que estaban equivocados. Hoy en día, la mayoría son dirigentes de la oposición y están vivitos y coleando, mientras que su tropa yace en tumbas desconocidas regadas por allí.

Ya no hay revueltas pasionales que estremezcan a la juventud o nuevos compendios de vacías estupideces que leer (libro de Mao, el Ché, Marx).Y es que los ideales no siempre resultan verdades y éstas no necesariamente tienen que ser verdaderas por el sólo hecho de que alguien muera por ellas. 

En la “Isla de la Felicidad”, sólo quedan los empobrecidos campesinos de siempre, los comunistas trasnochados revoloteando en sus doctrinas descontinuadas por obsoletas y los pobres diablos, quienes atrapados en el igualitarismo retrógrado jamás pudieron largarse a tiempo del paraíso socialista.

Para allá vamos nosotros guiados por una dictadura que representa a una minoría de resentidos sociales, quienes en nombre de esa basura intelectual llamada Socialismo nos retrotraen a etapas ya superadas. Que oiga quien tiene oídos…

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