Los
En los 2.9 kilómetros que conforman la carretera Oriental, parroquia Jorge Hernández del municipio Cabimas, se contabilizan unos 100 cráteres en variedad de tamaños. Una de las principales vías de acceso para la parroquia está intransitable y se transforma en un dolor de cabeza para los 120 choferes de la línea El Lucero que utilizan la avenida como principal ruta.
Los huecos de mayor proporción se encuentran en la intersección de la Oriental con la calle San Mateo. En este lugar los huecos están de acera a acera. Los conductores se ven en la obligación de reducir la velocidad para poder transitar.
La situación es similar pocos metros antes de la intersección con carretera L donde las rejillas de la alcantarilla cedieron y los vecinos colocaron una silla para evitar accidentes y por medios propios colocaron una tapa para que los carros circularan. En la entrada del barrio Monte Claro y al final de la vía, en el cruce de la calle Panamá también son puntos críticos.
Los choferes aseguran que la vía tiene cerca de una década esperando por asfaltado. Alcides Toyo, personero del sindicato de transporte, informó que la mala vialidad es un problema que afecta a todas las vías de acceso de las diferentes parroquias de la localidad. “Tenemos carreteras buenas pero también muchas por donde casi es imposible transitar y las consecuencias la pagan nuestras unidades. Los repuestos están carísimos y cuando se te daña un muñón o el tren delantero nadie aporta para arreglarlo”.
Las calles Postes Negros, El Porvenir, La avenida 32 y la de los barrios adyacentes están en igual condiciones. Cuando llueven se tornan intransitables. Muchas tapas de bocas de visitas desaparecieron y solo una rama o un tronco de árbol advierten sobre el peligro. Los estragos luego de una cometida de acueducto o sustitución de colectores también son notorios. El gremio pide asfaltado.