Niños
La Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá y San Juan de Dios se desbordó de la más pura fe mariana, luego que 84 niños desde tres meses de nacido hasta los 12 años recubrieran su cuerpo con el “hombre nuevo que significa ser servidor de mariano”.
La eucaristía de juramentación de los nuevos Servidores de María estuvo a cargo Eleuterio Cuevas, párroco de la Basílica, quien reconoció la “inocencia y pureza de corazón de los niños que son un ejemplo del fiel compromiso adquirido y que nos llenan de esperanza”.
La ceremonia está inmersa dentro de la eucaristía. Cuevas bendijo ayer en la tarde los uniformes y selló el compromiso adquirido por los padres y los niños. Los padrinos impusieron a sus ahijados la nueva investidura acompañada de su insignia y medalla para continuar con la eucaristía. Con el abrazo de la paz los demás compañeros servidores reciben a sus nuevos marianos.
Bienvenida
A los nuevos integrantes de la sociedad mariana los recibieron con lágrimas de alegría, abrazos fraternos y sonrisas. Ahora estos pequeños forman parte un grupo de más de 800 hombres que no solo prestan sus hombros, sino sus pies, a la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá para recorrer su pueblo.
Jorge Vílchez Urdaneta, presidente de la sociedad religiosa, se mostró complacido de la actividad, donde también se juramentaron 14 nuevas integrantes del Comité de Damas. “Solicitamos a la Virgen María que nos conduzca a su hijo Jesucristo, pues sirviéndole a María, le servimos a Jesús”. Resaltó que la sociedad crece en número y en calidad a pocos meses de celebrarse los 115 años de fundación.
Al finalizar la misa la réplica de La Chinita realizó su acostumbrado recorrido mensual, esta vez por la zona 9, en el casco central de la ciudad. En octubre juramentaran a más de 70 hombres y jóvenes como servidores juveniles y adultos.
Este año la sociedad arriba a sus 115 años enalteciendo los valores marianos. (Foto: José Nava)
Ayer también fueron juramentadas 14 nuevas integrantes de la sociedad del Comité de Damas.
Muchos niños son prometidos a la Virgen desde antes de nacer y pasan a formar parte de una tradición familiar
Los niños estaban acompañados de sus padres y padrinos, quienes los vistieron con el uniforme de la sociedad.
Los nuevos Servidores de María fueron juramentados y bendecidos durante la ceremonia.