Bajo las melodiosas voces de Los Chiquinquireños, la Virgen del Rosario de Chiquinquirá dejó su nicho para su esperado reencuentro con su grey.
Mientras resonaban las letras de su glorioso himno “Gloria a ti, Casta Señora”, la Reina Morena tan solo 10 minutos para las 7.00 de la noche comenzó a descender por su tobogán, provocando lágrimas de emoción entre los creyentes y en medio de un despliegue de luces y un potente reflector que hacía brillar al retablo.
Gaitas emblemáticas como “Qué gaita quieres que cante”, “El día de tu Bajada”, “Un corazón para darte” y “El rostro del Feligrés” acompañaron este emotivo momento.
Una multitud de feligreses iluminó las afueras de la Basílica Santuario con las linternas de sus teléfonos, mientras otros aplaudían y bailaban al ritmo de la gaita.
Al salir por la puerta del templo mariano, fuegos artificiales de varios colores adornaron el cielo, mientras la Campeona de la Salud se prepara para ser cargada sobre los hombros de los Servidores de María.
A las 8.22 de la noche, la Chinita fue alzada sobre los hombros de los Servidores de María para iniciar la acostumbrada procesión. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) cuida su paso.
Previamente, monseñor Enrique Pérez Lavado, obispo de Maturín, presidió la eucaristía en la que se refirió a la Virgen como “madre de la esperanza”, resaltando su papel como guía hacia Jesús. Utilizando una metáfora de los padres de la iglesia, expresó: “María es la luna que nos alumbra, no con luz propia, sino como un reflejo perfecto de la luz que proviene de Dios”.
El obispo instó a los fieles a no desmayar en su fe, recordando que “la Virgen nos pide que nos dejemos conducir por el Señor”. Afirmó que “hoy tenemos que ser conscientes de que Venezuela es sanable de todas las miasmas que la mantienen enferma y que solo puede ser sanada por Cristo Jesús y María”.
En esta ocasión, la Virgen lucirá dos mantos. El primero, un diseño corto en encaje rosa dorado, decorado con perlas y cristales en honor al Santísimo Sacramento, obra de Rafael Tapia.
Para la procesión posterior, vestirá un segundo manto creado por el diseñador caraqueño Julio Mora, que simboliza la unión y la oración, adornado con una figura de la Virgen María y un mundo elaborado con cientos de cristales.
El domingo 27 de octubre, la réplica de la Patrona del Zulia recorrerá los pueblos del agua, partiendo desde el malecón de Maracaibo, en una celebración que reafirma la devoción de los zulianos hacia su Virgen.
Este 2024 se cumplen 315 de la renovación mariana y 82 años de la coronación canónica.
Fuente: Marisabel Díaz.