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El periplo de Félix Osorio, coronel del Ejército al frente del ministerio de Alimentación, se extendió durante tres años y siete meses en distintos períodos. El 17 de junio de 2014, el presidente Maduro lo relevó de su cargo para asignarle funciones vinculadas a “responsabilidades concretas en el desarrollo del liderazgo militar en el siglo XXI en Venezuela”. Su gestión dejó una estela de escándalos, como importaciones de atún ecuatoriano tras asignarle dólares preferenciales a sus antiguos compañeros de estudio, omisiones mientras empresas de maletines desfalcaron multimillonariamente a la nación y adquisición de productos próximos a vencer.
La lista de ministros militares encargados de la cartera alimentaria se engrosó, mientras la “revolución” calaba en los distintos espacios de la vida nacional. En 2010, Carlos Alberto Osorio Zambrano sería el tercero y su primera incursión como máxima autoridad, fue hasta 2013. Sin embargo, regresó en el 2015.
Según el perfil de poderopedia, Osorio Zambrano egresó a los 21 años de la Academia Militar en la posición 52 de la promoción de 1985 y bajo el gobierno del expresidente Hugo Chávez, en 2007, ingresó en la administración alimentaria del Estado.
El mayor general también estuvo a cargo de la Superintendencia Nacional de Silos y los Almacenes y Depósitos Agrícolas (Sada), que se encargan de controlar, vigilar y fiscalizar tanto el almacenamiento como el despacho de productos agrícolas. Fue vicepresidente de Seguridad y Soberanía Alimentaria, presidente de PDVAL y Casa.
Por aquí van los tiros
El segundo de los Osorio lo tuvo todo. Desde el respaldo del fallecido Hugo Chávez, hasta millones de dólares en las arcas. En enero de 2015, con el precio del barril de petróleo venido a menos y sin la bonanza de otrora, el ministro defendió su gestión. Tras ser consultado sobre las colas en abastos y supermercado del país, sentenció que “si en Venezuela no hubiese comida, no habría esas colas”.
Vinculado al Gobierno por más de 10 años, la autoridad del Sada aseguró en 2010 que el país tenía suficientes reservas de alimentos de primera necesidad. Coordinó inspecciones a frigoríficos, plantas procesadoras y establecimientos de la red de producción agroalimentaria. Se propuso combatir el contrabando en la frontera y el acaparamiento, anunció la elaboración de un sistema de control agroalimentario para optimizar la vigilancia del Estado sobre la recepción y distribución de productos agrícolas, propuso la creación de una reserva estratégica de tres meses de alimentos y manifestó las aspiraciones gubernamentales de exportar los excedentes de la producción agrícola nacional.
Las teorías de Osorio distaban de la realidad, y el mismo Maduro las dejó en evidencia, cuando en 2013 llamó a su gabinete para impulsar “la revolución del campo” ante la necesidad de aumentar la producción y reducir la dependencia de las importaciones. A este hombre, que nació en 1964, se le atribuyen méritos en materia de evaluación y seguimiento, que fueron respaldados en 2010 al estallar el escándalo de PDVAL, que para la fecha pertenecía a PDVSA, donde se hallaron más de 30 mil toneladas de alimentos descompuestos en uno de sus almacenes en Puerto Cabello.
Esto ocasionó que las riendas de la productora fuesen transferidas a la vicepresidencia de Venezuela y luego al Ministerio de Alimentación que para entonces dirigía Osorio. De forma simultánea, fue presidente del Sada, PDVAL y ministro.
Se pudre el Ministerio
Desde posiciones privilegiadas, apoyó las nacionalizaciones y aupó esta política de estado. En 2011, fue denunciado por el diputado Ismael García luego del presunto hallazgo de contenedores con un millón 231 mil 200 litros de leche descompuestos en almacenes de Casa y Logística Casa, situados en el Puerto de La Guaira. Osorio desmintió la información que no pasó a mayores en las investigaciones de la Fiscalía General.
Su gestión dejó informes estadísticos incompletos, insuficiencia presupuestaria para cumplir con los compromisos adquiridos con Mercal y problemas con los proveedores de PDVAL. Existencia de mafias admitidas por el mismo Gobierno que compraron insumos con sobreprecio para las areperas de PDVAL y tráfico de influencias como el caso de William Biancucci, capitán retirado del Ejército y empresario del sector ganadero. Este aseguró que su amistad con funcionarios oficiales le permitió obtener contratos como proveedor del Estado y entre 2009 y 2011, exportar mercancía por 110 millones de dólares desde Brasil hacia Venezuela.
Un reportaje de investigación, elaborado por la periodista Lisseth Boon en 2013, demostró que cuando Osorio ocupó la presidencia de Casa, ocurrieron irregularidades en el manejo del producto como la leche importada que se iba de contrabando para Colombia mediante discrepancias entre estadísticas oficiales de Nueva Zelanda, país exportador, y Venezuela. El ahora jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral Central, descartó la posibilidad de que existiera una posible triangulación de ese tipo, pero un año más tarde el presidente Maduro anunció la necesidad de intensificar la lucha contra el contrabando.
Sin responsabilidades
Con el sucesor de Chávez en Miraflores, el primer Gabinete Ejecutivo del nuevo presidente, en abril de 2013, no incluyó su nombre. En 2015 fue llamado nuevamente a ocupar el cargo, pero su período no cumplió un año.
El hombre que aseguró estar “24 horas del día dispuesto” a responder las consultas permanentes del mandatario, sobre la seguridad y soberanía alimentaria, dejó el lugar que ocupó durante casi cinco años. Las palabras de Osorio, como en las que aseguraba que “la agroindustria venezolana contaba con inventario suficiente para la producción” y que el 2015 seria “el año de la productividad y la victoria”, se diluyeron como las ganancias de las empresas expropiadas. Por ahora, el general continúa como viceministro de Seguridad y Soberanía Alimentaria.
El 20 de abril de 2016, fue convocado por la Asamblea Nacional a comparecer ante la sesión extraordinaria del 21 de abril para que informara sobre las causas de la escasez de productos de la cesta básica, asignación de divisas para importación de alimentos, irregularidades en el sistema de distribución de Mercal, PDVAL y Casa, además de los casos de corrupción investigados en Abastos Bicentenario y la Corporación Venezolana de Alimentos.
Este no asistió, por lo que fue sancionado por presunta responsabilidad política y hechos de corrupción en la distribución e importación de alimentos. Una información difundida en enero de este año, permitió conocer que junto a Rodolfo Marco Torres, futuro ministro de Alimentación, estaba siendo investigado y podría ser sancionado por el gobierno de Estados Unidos por las denuncias que recaen sobre él. Los enroques y tentáculos de los militares continuarían sobre los alimentos en el país y hasta ahora, el relato solo resaltó la mitad de las gestiones. Faltan otras tres, que llenan el conteiner de podredumbre.