Aunque quieran negarlo, la conmoción interna en la que se encuentra las FAN puede desencadenar en pronunciamientos que exijan la restitución del orden democrático. La primera debilidad de Maduro y sus cómplices es el repudio popular
La evidente dictadura que desgobierna a Venezuela, tiene importantes debilidades y amenazas que se convierten en oportunidades para quienes, siendo irrefutable mayoría, luchamos por un cambio urgente de gobierno para la reconstrucción nacional.
Maduro y sus cómplices simulan fortaleza y huyen hacia adelante ante una situación cada vez más insostenible. Esa aparente fortaleza se va diluyendo y el país debe prepararse para la salida de esta pesadilla en un proceso de transición hacia el progreso.
La primera debilidad de Maduro y sus cómplices es el repudio popular. No solo han perdido apoyo, sino que quienes nunca los apoyamos o quienes le retiraron su soporte, tenemos una muy razonable actitud hostil porque estamos conscientes de que lo que han hecho con Venezuela es de una gravedad superlativa.
Acabaron con los recursos de nuestra patria y no tienen forma alguna de levantar ni la economía, ni la sociedad, ni la política, ni las instituciones. Ni asumirán su responsabilidad para reorientar la economía, ni nosotros tenemos una pizca de credibilidad en los programas de recuperación que ellos mismos anuncian.
Maduro y sus cómplices se han aislado e intentan aislar a Venezuela del resto del mundo. Salvo Rusia, Nicaragua, Bolivia y Cuba, el mundo entero repudia a Maduro y su sistema opresor. El mundo entero intensificará la presión contra unos gobernantes que han acabado con la democracia. Esa presión es y será política, económica, penal y servirá mucho para lograr que el régimen abra las puertas a una elección con mínimas condiciones.
Complica la estabilidad del desgobierno. Aunque quieran negarlo, la conmoción interna en la que se encuentra las FAN puede desencadenar en pronunciamientos que exijan la restitución del orden democrático. Maduro lo sabe y no oculta su desesperación.
Se convierten en evidentes las muestras de división en el seno del “chavismo”, cada día con más intensidad, dejando ver un chavismo disidente que se une a las fuerzas democráticas en la búsqueda de una solución pacífica. Agreguemos el desplome institucional del país que va a hacer que funcionarios de los distintos poderes públicos comiencen a asumir la responsabilidad de rebelarse ante un poder Ejecutivo que no busca solución a los problemas que nos oprimen como sociedad.
Ya Maduro no cuenta con lo más preciado que tenía: la lealtad de mucha gente, de la Fuerza Armada, de su grupo político y de las instituciones. Lo que viene el 20-M es una farsa que intensificará el desplome de esta horrenda tragedia ¡Mucho ánimo Venezuela!
diciembre 5, 2024
