domingo, diciembre 15, 2024
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La democracia y el madurismo

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Esa conducta del madurismo en Venezuela le agrega a la grave crisis que ya vivimos, el ingrediente de la inestabilidad política que genera la pretensión del Ejecutivo

Ha quedado probado que el funcionamiento de una verdadera democracia es incompatible con el régimen que han tratado de implementar en Venezuela quienes desde una supuesta inspiración en el marxismo leninismo han utilizado la participación en los procesos democráticos con la intención de destruir la pluralidad y la alternabilidad, e implantar además proyectos totalitarios contrarios al ejercicio de esos principios que les permitieron llegar al gobierno, con el objetivo prioritario de controlar desde el Poder Ejecutivo al resto de los poderes públicos destruyendo las instituciones que deben garantizar el equilibrio y el ejercicio de todos sus derechos por parte de los ciudadanos.

Cuando, a pesar del ventajismo y todas las presiones indebidas, pierden el control de uno de los poderes públicos, la falta de una auténtica voluntad democrática no les permite aceptar esa circunstancia que es normal en el funcionamiento de una democracia, realizan todo tipo de maniobras utilizando el Poder Judicial, al cual controlan, para impedir o minimizar el ejercicio pleno de sus facultades al Poder Legislativo que por excelencia representa la soberanía popular. Eso está ocurriendo actualmente en nuestro país.

Esa conducta del madurismo en Venezuela le agrega a la grave crisis que ya vivimos, el ingrediente de la inestabilidad política que genera la pretensión del Ejecutivo, de desconocer la soberanía popular representada en la Asamblea Nacional, violando así la Constitución vigente, lo cual erosiona su propia legitimidad como gobierno ya muy afectada popularmente por el fracaso de una gestión que se caracteriza principalmente por la escasez, el alto costo de la vida, la inseguridad ciudadana y la galopante corrupción con impunidad.

La vocación totalitaria y el sectarismo de la “macolla” que hoy gobierna a nuestro país, no les permite entender que la democracia es por su propia naturaleza, un sistema en el cual el poder está repartido y ese hecho es el que genera el equilibrio necesario para que las libertades ciudadanas se mantengan vigentes sin que ningún derecho sea negado para complacer la voluntad arbitraria de quien tenga el control de todas las decisiones.

Lo más lamentable del cuadro que hoy observamos en el país, es la comprobación en los hechos, de que el interés principal en controlar todos los poderes públicos y en resistirse a reconocer y aceptar que la Asamblea Nacional ejerza plenamente sus atribuciones, es porque están conscientes de su complicidad y amparo a la más grande corrupción en la historia de Venezuela que se ha cometido durante este Gobierno, y necesitan impedir que el Poder Legislativo investigue lo que ha pasado y lo que está ocurriendo, porque de esa manera pueden garantizar impunidad a los jerarcas del Gobierno y a sus testaferros por el asalto a los dineros públicos.

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