Datos de organismos económicos tanto nacionales como internacionales nos revelan que la economía caerá este año en 10 por ciento y la inflación se ubicará alrededor del 200 %
“Venezuela, el país con la economía peor administrada del mundo”, dijo a mediados de año en su editorial la revista británica The Economist. A esto le agregamos que la actual gestión económica ha sido la peor en toda la historia republicana de Venezuela.
El BCV, hasta la fecha no ha publicado las nuevas cifras del PIB ni de la inflación, con lo que se pretende esconder la realidad, pero eso es imposible, puesto que la inflación la siente la gente a diario cuando va al mercado y puede corroborar que su dinero compra cada vez menos cosas. Datos de organismos económicos tanto nacionales como internacionales nos revelan que la economía caerá este año en 10 por ciento y la inflación se ubicará alrededor del 200 %, lo que nos coloca en la peor de las situaciones: estanflación, es decir recesión con inflación.
La política económica se ha basado en el mecanismo del control de precios desde febrero del año 2003, con el supuesto objetivo de controlar la inflación; sin embargo, desde esa fecha hasta ahora, después de casi 13 años de aplicación del control, los precios han crecido en más de mil 400 por ciento, lo cual demuestra que el mecanismo de control de precios es ineficiente para controlar la inflación.
La aplicación del mecanismo de control supone que la causa de la inflación es la especulación, pero resulta que esta es realmente consecuencia de la escasez, pues, en situación de abundancia no hay cabida para la especulación.
De manera entonces que se pierde esfuerzo en creación de múltiples leyes, demás mecanismos de control para atacar las consecuencias, mientras tanto no se atacan las verdaderas causas de la inflación que se encuentran en la baja productividad y la indisciplina fiscal que se manifiesta en la creación de dinero inorgánico.
Para atacar esta situación se han planteado desde diferentes sectores: primero, corregir el déficit fiscal, para lo cual lo primero que hay que hacer es sincerar el precio interno de la gasolina más barata del mundo. Este elemento es necesario, pues es un crimen ecológico, el despilfarro que se hace de este recurso natural no renovable; y desde el punto de vista económico es un subsidio distorsionante que le produce grandes pérdidas a la economía nacional.
Segundo, la eliminación del sistema cambiario múltiple, para corregir una enorme distorsión en la economía. Este otro elemento es fundamental, pues mantener artificialmente el valor de nuestra moneda con un subsidio generalizado es lo que ha generado esta gran distorsión conocida como el "bachaqueo”, de manera que el subsidio que se supone va dirigido a los más pobres, resulta todo lo contrario; los más beneficiados son las mafias del contrabando, como consecuencia de políticas erradas que constituyen el peor error que se haya podido cometer en la historia de la política económica en Venezuela.
De manera que entonces, a pesar de ser un país con cuantiosos recursos, entre los que se destacan las mayores reservas petroleras del planeta y después de haber administrado en 17 años más de un billón y medio de dólares, hoy tenemos como resultado un aumento vertiginoso de la pobreza y una economía caracterizada por la escasez y la inflación, catalogada a nivel internacional como la economía peor administrada del mundo.