El régimen no quiere admitir que esta grave situación es producto de la hiperinflación que se tragó el poco efectivo que ya había y al mismo tiempo está arruinado para ordenar la impresión de nuevos billetes que entren al torrente financiero del país
Nicolás Maduro ha sido tan irresponsable en la conducción de la Presidencia de la República que no es capaz de asumir el barranco por el cual ha caído Venezuela por sus desacertadas políticas económicas y en todos los órdenes de la vida del país, sino que lo atribuye a una presunta guerra económica promovida por los EEUU y demás países del mundo democrático que enfrentan su dictatorial y corrupto gobierno, así como los actores políticos del país que le adversan con todo derecho.
La hiperinflación que vuelve añicos el salario de los venezolanos que luego de un duro mes de trabajo no les alcanza ni para un desayuno, no es producto de la devaluación que desde el mismo gobierno pusieron en práctica sino de la guerra económica.
En ningún país del mundo los ciudadanos sufren las contingencias que viven los venezolanos por la falta de efectivo que se lo ha tragado la inflación. Los bancos no proveen de dinero a sus clientes porque éstos a su vez no reciben las remesas correspondientes del BCV, o sea, del Gobierno, y les es imposible atender la demanda de dinero. El régimen no quiere admitir que esta grave situación es producto de la hiperinflación que se tragó el poco efectivo que ya había y al mismo tiempo está arruinado para ordenar la impresión de nuevos billetes que entren al torrente financiero del país.
El régimen quedó desnudo con el pago correspondiente de las pensiones a los jubilados y pensionados por un monto superior a los ocho millones de bolívares producto del retroactivo correspondiente al aumento más reciente presidencial, y los bancos sólo pudieron cancelar un poco menos de la cuarta parte del monto. Esto ocasionó protestas a lo largo y ancho del país por parte de los pensionados, muchos de las cuales fueron reprimidas con la acción policial ordenada por el régimen disoluto y corrupto de Maduro.
En Venezuela más de las tres cuartas partes del país se encuentran pasando hambre, situación que ha derivado en un éxodo masivo sin precedentes en el continente y hasta en el mundo, de más de cuatro millones de venezolanos que buscan en otros confines una mejor calidad de vida para sus familias y un futuro seguro.
Nicolás Maduro, quien debiera haber presentado su renuncia al cargo de Presidente para buscarle una salida noble a la agobiante crisis social y económica que soporta el pueblo venezolano lo que hace es que se atornilla más en el poder y anuncia profundizar sus políticas socialistas a la cubana que son precisamente las que han conducido a este desastre.