
Los
Alfredo José Carrizo (33) y Robert Antonio Morles Oquendo (36) salieron a pescar y regresaron a sus casas en un ataúd. Unos piratas del Lago los mataron, los robaron y lanzaron sus cadáveres al agua. Los cuerpos flotaron el pasado jueves en las costas del municipio Santa Rita. Además de sus pertenencias les faltaban sus embarcaciones. La Policía científica rastrea la banda que participó en el crimen.
Los familiares y amigos comentaron que los pescadores salieron a su faena diaria a las 4.00 de la mañana. Al ver que no regresaban se angustiaron y empezaron la búsqueda. Desde un primer momento, los Carrizo temieron lo peor. Llamaban a su teléfono, pero salía apagado. Eso los desesperaba, recordaron que no acostumbraba a demorar en llegar a su casa y que hace cuatro años los piratas lo robaron y lo abandonaron en medio del Lago luego de robarle el motor.
Los parientes salieron a la costa a buscarlo, pero esta vez los hallaron sin vida. Al conocer su ubicación, organizaron tres lanchas. Primero, encontraron el cuerpo de Morles y luego el de Alfredo. La Policía interrogó a sus compañeros, pero aún no tiene mayores pistas de los delincuentes o de la banda que los mató. Un oficial informó que se inclinan al robo como principal hipótesis.
Ardénago Carrizo, hermano de Alfredo, denunció que la delincuencia en el Lago cada día es mayor y no hay vigilancia costera para resguardar a los pescadores. “Ellos vivían una rutina diaria, son presas fáciles de los piratas y nadie hace nada por ellos, cada día que salen a trabajar ellos no saben si volverán con vida”.