Cada día estamos más cerca de esa “vía violenta” en su “fase expansiva” que pronosticara Hugo Chávez. Este régimen ciego, sordo y fundamentalista, será el primer responsable de lo que pueda ocurrir, al decir del “profeta “de Sabaneta
Después de 19 años de un ensayo socialista, impuesto al país al margen de la Constitución vigente, Venezuela está al borde del abismo y aislada del resto del mundo. La institucionalidad democrática y el Estado de derecho han desaparecido. Somos simplemente un régimen de autoritarismo consolidado en vías hacia una autocracia totalitaria. Nos hemos convertido en una dictadura, definida por el Diccionario de la Real Academia Española como el “régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales”.
En Venezuela, la ilegítima Constituyente ha asumido la dictadura como forma de gobierno. Acumula todas las funciones del Estado, colocándose por encima de la Constitución, a través de un poder ilegítimo y absoluto que la comunidad internacional desconoce. Todo esto plantea una crisis política sin precedentes, de impredecibles consecuencias. Pero si esta crisis es grave, lo es igualmente, la de naturaleza económico-social. Está destruyendo a la sociedad venezolana.
Experimentamos una verdadera catástrofe estructural, un verdadero caos económico y social que tiende a agravarse. Esta situación no es sostenible. El tamaño de la economía, medido a través del PIB es casi 40 por ciento menor que hace cinco años. El FMI anuncia un decrecimiento del PIB de 15 por ciento para este año. El índice de pobreza alcanza al 80 por ciento de la población. El consumo, la inversión y el empleo se han desplomado.
Vivimos la hiperinflación más alta del mundo, calculada por el FMI en 13 mil por ciento para 2018. Cada vez producimos menos petróleo. El ingreso per cápita ha caído en más del 40 por ciento desde 2013. El salario real ha disminuido un 75 por ciento desde 2012. El venezolano común se está muriendo de hambre o de enfermedades para las que no tienen medicinas. Vivimos una crisis humanitaria que clama al cielo. Es evidente entonces, que el experimento socialista también fracasó en Venezuela.
Por ello, quiero recordar lo que Hugo Chávez expresara en junio de 2000 al diario El Universal en memorable entrevista: “Yo creo que si este ensayo llega a fallar, aquí las probabilidades de que nos vayamos por una vía violenta vuelven a subir de manera peligrosa. Si la mitad del país, en buena parte empobrecido, llegara a desconsolarse o desengañarse de este proceso, ese componente pasa de la fase expansiva a la explosiva”.
Pues bien, señores del régimen, el 80 por ciento del país está desconsolado y desengañado, con este ensayo fallido de socialismo que nos ha arrebatado la soberanía popular y nos tiene al borde del abismo. Cada día estamos más cerca de esa “vía violenta” en su “fase expansiva” que pronosticara Hugo Chávez. Este régimen ciego, sordo y fundamentalista, será el primer responsable de lo que pueda ocurrir, al decir del “profeta “de Sabaneta. La paciencia del pueblo está llegando a su fin. Ojalá encontremos una salida a tiempo con la participación de la mayoría de los venezolanos