La fuerza de la verdad

Los ciudadanos exigen que se les hable con la verdad, esa verdad que, como dijera Juan Pablo II en su conocida encíclica sobre este tema, “la verdad que ilumina la inteligencia y modela la libertad del hombre”

Señor. . . ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles…”. Mahatma Gandhi

No lo digo yo, lo dicen otras voces autorizadas y lo destaca un estudio de investigación de la Universidad de Harvard donde se asegura que ¨Venezuela se acerca a vivir el peor colapso mundial en 50 años¨ y considera que la ¨caída productiva del período 2015-2017 es la más grande del mundo, sin incluir a Libia y Sudán¨. La investigación explica que entre 2014 y 2018 Venezuela ha sufrido un colapso productivo que se inscribe dentro de una tendencia más larga de 40 años de fracaso económico.

Las importaciones de medicamentos cayeron un 70 % en cuatro años y la de alimentos, igual porcentaje entre 2014-2016. Ello ocurre en medio de una fuerte caída de los precios del petróleo y en momentos en que el régimen ha agotado nuestra capacidad de endeudamiento. 

Es una ridiculez, una actitud burlona y un cinismo descomunal que se siga hablando del “país potencia” cuando se evidencia una angustiosa hambruna, una desesperante escasez y un éxodo masivo de venezolanos hacia distintas latitudes buscando un destino mejor, mermando la calidad de nuestro talento nacional que tanto necesitamos y vamos a necesitar. 

El pueblo reclama pan, trabajo digno, una buena educación y salud, pero, sobre todo, que no se siga mintiendo ante una realidad que nos mata, avergüenza y abochorna. Los ciudadanos exigen que se les hable con la verdad, esa verdad que, como dijera Juan Pablo II en su conocida encíclica sobre este tema, “la verdad que ilumina la inteligencia y modela la libertad del hombre”. Una verdad que ¨disipe las tinieblas del error o del pecado¨. Una verdad que ayude a conseguirle sentido a la vida y no una mentira permanente, evasiva y perniciosa. El pueblo está hastiado de tanto engaño y mentiras conscientes y ofensivas del régimen; son embusteros por naturaleza, es una patología propia de una ideología sin futuro, que intenta esconder su ineptitud, su ignorancia y su fracaso, cuyas consecuencias las sufrimos todos, menos los “enchufados” en el poder.

Tenemos que hacer un discernimiento crítico de estas terribles tendencias del estudio de Harvard, y hacerlo como señala el Santo Papa: “debemos examinarlas teniendo en cuenta que la libertad depende fundamentalmente de la verdad. Dependencia que ha sido expresada de manera límpida y autorizada por las palabras de Cristo: “ conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.”

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