Nosotros seguiremos ejerciendo presión pacífica y de calle, pero sabemos que los enquistados promoverán la violencia que el CNE puede evitar
El pasado lunes, en lo que ha sido calificado como un “madrugonazo”, logramos consignar las firmas que impulsan el inicio del proceso revocatorio. Ya llegar a esto fue un camino lleno de trabas y dificultades. Pero hay un pueblo que responde. En dos días se recogieron 2.6 millones de voluntades. Al tercer día fueron recibidas las firmas en Caracas. Durante el sábado y domingo se escanearon, revisaron y embalaron. Y comenzando el día siguiente fueron consignadas 1.8 millones de firmas. La diferencia es de las firmas que se recibieron muy tarde y no pudieron procesarse en virtud de la decisión táctica de entregarlas comenzando el lunes.
¿Qué viene ahora? Ahora tenemos que saber que viene una confrontación de la civilización contra la barbarie, de la lógica contra la sinrazón. Lo primero que ha dicho una de las cuatro rectoras serviles del PSUV, es que debemos esperar que transcurran los 30 días del plazo que dieron a la MUD para recoger las firmas. Ellas saben que ese plazo, que es nuestro, feneció en el momento en que fueron entregadas las planillas. Ahora el árbitro parcial debe utilizar cinco días continuos para revisar las firmas y cinco días hábiles para proceder a su validación, lo cual es un trámite adicional que obliga a cada firmante a acudir a uno de 200 puntos con captahuellas distribuidos en el país. Si cumplidos los cinco días continuos, no hay respuesta del CNE, tenemos la obligación de movilizar al país para presionar la actuación de ese organismo. No hay otra posibilidad. Y esa actitud, casi agresiva, tenemos que asumirla en cada una de las etapas de este proceso.
Recordemos que luego de esta validación tendremos la meta de recoger al menos cuatro millones de firmas y luego de lograrlas nos toca alcanzar casi ocho millones de votos a favor del revocatorio de Maduro. Así que el proceso es engorroso, el árbitro y el PSUV se mueven en contra y nosotros empujamos a favor. Esa es la realidad.
Leo el artículo de esta semana de Vladimir Villegas y lo dice claramente: “Ante una actuación enmarcada en la Constitución, la respuesta no puede ser la dilación, la maniobrilla para correr la arruga y tratar de dejar sin efecto el ejercicio de un derecho democrático”. Nosotros seguiremos ejerciendo presión pacífica y de calle, pero sabemos que los enquistados promoverán la violencia que el CNE puede evitar. Basta que actúe apegado a la Constitución.
diciembre 5, 2024
