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Lo que comenzó siendo una ilusión dancística de Paola Tamayo en el género del balet clásico desde los cuatro años, se ha convertido hoy en toda una institución. La escuela de Arte Flamenco La Giralda fue fundada en 1996 por la familia conformada por la licenciada Laura Díaz, Hernando Tamayo y Paola Tamayo. Esta última cuenta que, a principios de la creación de este proyecto, todo inició en la casa donde vivían en el municipio San Francisco.
“Desde pequeña mantenía una inquietud hacia la docencia. Siempre me veía en puntas y bailando Don Quijote. Mis juegos eran darle clases de baile a todas mis vecinas, y fueron ellas quienes canalizaron ese potencial que vieron en mí, y me dieron el apoyo. No comenzó con ninguna ambición ni con la visión que hemos tenido hasta ahora, pero sí puedo decir que fue un trabajo de hormiga, a donde simplemente nos ha llevado la mística, la pasión y el respeto por el trabajo artístico que realizamos. Hoy esto es parte de nuestras vidas y de esto vivimos”.
Buenos tiempos
A este trío se une después Fabián González, a quien la pasión por el baile lo llevó -además- a unierse en matrimonio con Paola. Al principio tomaban clases con una familia de españoles residenciados en Caracas, apodados “Los españoletos”.
Pero él mismo cuenta cómo se fue desarrollando todo: “Después de algunos estudios decidimos irnos a España a participar en el concurso de Espartinas 2002, un concurso de sevillanas, uno de los tantos géneros del flamenco en la ciudad de Sevilla. Allí logramos obtener el primer premio, razón que también ha marcado el norte de cosas buenas para nosotros. Luego de este viaje fundamos formalmente la Giralda en Maracaibo”.
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Crecimiento artístico e institucional
La escuela desde su inicio nunca ha perdido su norte y sus ganas de trabajar para la comunidad. No todo es privado, sino que también realiza una labor social pública en colegios, plazas y programaciones que indican el beneficio de pertenecer a alguna institución. Los esposos comentaron: “Ya hoy La Giralda es toda una infraestructura, dedicada no solo a la enseñanza de niños y adultos, sino también a crear un ballet flamenco para funcionar como una plataforma idónea para los estudiantes más avanzados de la escuela, con años de lealtad a la institución y educación exclusiva. La idea es que tengan un escenario diferente y puedan canalizar toda su experiencia artística y presentarse bajo otros formatos con miras al ámbito profesional”.
Los artistas han tenido la oportunidad de hacer sonar sus tacones en las tablas de países como: España, República Dominicana, Rusia y Colombia, y además son los creadores de la Bienal de Flamenco, espacio que da cabida a artistas de distintas naciones, sumado a los talleres de formación que puedan darles a bailaores de las diferentes escuelas flamencas de la ciudad.
ARTE QUE NO PARA
“Somos dos personas muy inquietas y siempre tenemos cosas por hacer. El flamenco es un arte de nunca parar, que se presta para expresar múltiples sentimientos. Y es eso lo que nos ha mantenido a lo largo de estas dos décadas”.