Hoy,
Con una inflación que es considerada la más elevada del mundo, que los analistas han estimado en casi 200 por ciento para este año, pero que la realidad nos dice que supera el 500 por ciento en una buena cantidad de rubros alimenticios, en medicinas y enseres de uso doméstico, con la ruina económica del país de por medio, podemos decir que estamos a las puertas de una hambruna en Venezuela.
Cada vez es mayor la escasez puntual de productos alimenticios que son procesados con materia prima importada, pero al mismo tiempo es mayor la falta de divisas que requieren las empresas procesadoras venezolanas para traer esos insumos y satisfacer la demanda nacional que cada día crece.
En los casos de productos del mar como el atún y las sardinas, los datos aportados por organismos como Insopesca, Fundatún y otras fuentes de la industria del pescado como la Comisión Interamericana del Atún (CIAT) son para ponerse a llorar ante la crisis que se avecina. La causa: la falta de dólares.
Al igual que los productos del mar, no hay pollos, carnes rojas, arroz, aceite comestible, azúcar, leche y sus derivados, y así una larga lista de alimentos, que si se consiguen es a precios elevadísimos en el mercado negro y en los establecimientos comerciales por aumentos aprobados por el propio régimen y otros que aun cuando están regulados, el Gobierno se hace el loco porque sabe que esa es la realidad de los precios.
Todo gracias al desastre causado por esta revolución de Chávez, primero y exacerbada por Maduro en apenas dos años de mandato, porque de manera inexplicable (claro, la dilapidaron o robaron) se esfumó una descomunal montaña de 999 mil millones de dólares que ingresaron al país solamente en los últimos 10 años por los aumentos en los precios del petróleo, que hoy van en declive.
Hoy, buena parte de los ingresos del petróleo se quedan en el camino, como es el caso de la deuda con la China excomunista, a donde van diariamente más de 600 mil barriles diarios de petróleo, que no regresan convertidos en dólares como antes, porque los asiáticos se los descuentan de los préstamos que por más de 50 mil millones de dólares nos han hecho y de los cuales no hay nada.
Es criminal lo que han hecho. El pueblo está pasando hambre y eso lo sabe el régimen. Sólo un cambio en la conducción del Gobierno, salvará a Venezuela de la hambruna que se avecina.