sábado, diciembre 14, 2024
InicioLa historia d...

La historia de un viaje en bicicleta por Latinoamérica

-

Tabaru00e9 Alonso estu00e1 hoy en Lecheru00edas y muy pronto llegaru00e1 a Maracaibo. (Fotos: Cortesu00eda @tabarealonso)

El cicloturista mantiene contacto con sus seguidores a través de las redes sociales, en estos momentos se encuentra en Venezuela. Tabaré Alonso es uruguayo que ha recorrido seis países en busca de la libertad

Libertad parece decir entre líneas la bandera uruguaya que Tabaré Alonso ha paseado por seis países. Él es un técnico en sistemas, de 28 años, que se cansó un día de la rutina, respiró profundo, renunció a su trabajo, tomó su bicicleta e inició un recorrido por Latinoamérica desde Uruguay hasta Panamá.

Esta es la historia de un viaje en bicicleta por América. Un cuento increíble que habla de determinación, valentía y de sueños hechos realidad. Hace casi nueve meses se decidió a cumplir un sueño que le apretaba el corazón desde la infancia: viajar, el detalle de hacerlo en bicicleta nació al calor de la inspiración de último momento. 

Así, sin más, preparó su escaso equipaje y comenzó a pedalear. Hasta el momento ha recorrido Uruguay, Argentina, Bolivia, subió hasta Perú y allí, la Cordillera Andina, a cinco mil kilómetros de altura, le presentó una nueva encrucijada: incluir a Venezuela en el trayecto y conocer el mar Caribe con el que tanto soñaba o seguir hacia Colombia por Ecuador, tomando el camino seguro. Era una decisión de cuatro mil kilómetros en bicicleta.

Gracias, Venezuela

Al fin y pese a las advertencias que le hicieron sus seguidores sobre Venezuela, giró hacia Brasil, remontó ríos, llegó hasta Manaos y finalmente se encontró frente a la frontera. “El último día antes de cruzar la frontera, un chico venezolano me dijo: ‘Te recomiendo que no cruces, vas a tener que dormir en la copa de los árboles para que no te roben’. Eso me dolió porque tenía un sueño y no quería que 99 de 100 personas me dijeran, abandónalo”, cuenta el ciclista.

Tabaré entró a Venezuela por Santa Elena de Uairén y se encontró con la Gran Sabana. “Apenas crucé sentí la primera diferencia: el respeto hacia el ciclista. Los carros que en Brasil parecía que hacían competencia a ver quién te pasaba más pegado, aquí en Venezuela se abrían hasta metro y medio y hasta bajaban la velocidad”.

El ciclista uruguayo tiene muchas historias que contar, pero de lo que más habla en estos momentos en las redes, es de su agradecimiento a los venezolanos, que “son gente amable y solidaria como no había encontrado. Si necesito ayudo, yo la pido, pero aquí la ayuda viene a mí, se me acercan, no les importa si no me he bañado, si tengo el pelo largo o estoy lleno de barro. Se acercan para cuidarme, para preguntarme si estoy bien, si comí hoy. Esto no me pasó en ningún otro lado”, afirma.

Destino final

Cuando Tabaré salió de su hogar, su destino final era Colombia, el encuentro con un amigo que le debía un café. Poco a poco, el ciclista ha expandido sus fronteras y ahora tiene la vista puesta en Panamá, o un poco más allá, hasta Estados Unidos.

“En mi viaje, muchas veces me encuentro con obstáculos y termino en dificultades o problemas. Otras veces la tranca está en mí mismo porque me enojo, me entristezco, me desanimo o me preocupo demasiado. Pero la mayoría de las veces me basta solo con mirar las cosas desde otra perspectiva, para entender que lo que me agobia no es tan grave en realidad”.

Ya el miedo está vencido, Tabaré sabe que la travesía tendrá un final y luego habrá otros proyectos. “Ahora sé que todo lo que me ha pasado era necesario para madurar, para lograr ampliar mi visión y empezar a sentir lo que es importante. En definitiva: para ser quien soy hoy”.

¿Quién dijo miedo?

Miedos. Siempre tuve miedos. Sin saberlo, vinieron también en mis alforjas y sin darme cuenta se convirtieron en limitantes compañeros de viaje que me impedían vivir a plenitud momentos que eran únicos. Ellos me agobiaban con las incomodidades por las que pasaba o me llevaban a preocuparme en exceso por lo que habría de venir, afectando mi capacidad de disfrutar de esta la increíble experiencia de descubrir América en bicicleta. No quería seguir así. Sin imaginarlo, la fórmula contra mis miedos me la terminó dando la gente de Venezuela. En mi paso por este país lo entendí: la única manera de superar los miedos es enfrentándolos. Es seguir hacia adelante, a pesar de ellos, y defender y luchar por aquello que hacer mover tu corazón. Hoy ya no pienso tanto en cómo será el resto de mi camino; ahora vivo un día a la vez, disfrutando y aprendiendo en cada etapa, sabiendo que, buena o mala, es una oportunidad de vida única y que no será eterna.

Visited 1 times, 1 visit(s) today
- Publicidad -

Lo Más Leido