Nadie de la oposición por sí solo debe hacerle el juego al régimen y asistir a esa ceremonia organizada para el engaño que quedó descubierta con la firme posición de la MUD. Ya la señora Lucena tiene los resultados, lo que falta es la elección, se dice por las redes sociales
“El hipócrita transforma su vida entera en una mentira metódicamente organizada”. José Ingenieros
El fracaso del “diálogo” estaba fríamente calculado, igual que el elemento sorpresa con las fechas del calendario electoral. Es cuestión de estrategias políticas que también debieron ser previstas por los negociadores de la oposición y tener preparadas respuestas para esas acciones. Forma parte del pensamiento estratégico. Se presumía, se olfateaba, casi que podía asegurarse que el régimen lo que necesitaba era ganar tiempo mientras preparaba su “sorpresa”: las elecciones adelantadas. En ello trabajaba la regente de la Casa del Truco (CNE). Preparaba las opciones según los resultados de esa simulación de diálogo.
Creo que el camino está más claro ahora. Nadie de la oposición por sí solo debe hacerle el juego al régimen y asistir a esa ceremonia organizada para el engaño que quedó descubierta con la firme posición de la MUD. Ya la señora Lucena tiene los resultados, lo que falta es la elección, se dice por las redes sociales. La servidumbre institucional y los voceros del régimen han mostrado sin vergüenza su talante delictivo y totalitario. Por eso es insolvente su moral: implica siempre una simulación.
Llegó la hora de las definiciones. No hay espacio para los hipócritas y los oportunistas. El régimen calcula que puede salir airoso provocando más crisis con unas elecciones fraudulentas, sin el estorbo de la oposición. Considera que ganar en esas condiciones le resulta fácil. Confía en que la oposición toda está entrampada, acorralada, dada su vocación democrática.
Es la hora de enfrentar el engaño con coraje, en él está el secreto de la libertad. No debe haber otro cálculo que el bien de la patria. Tenemos que sacar a relucir lo mejor que está dentro de nosotros, que son los ideales, como bien lo expresara Ingenieros: “las existencias vegetativas no tienen biografía.
En la historia de la sociedad solo vive el que deja rastro en las cosas o en los espíritus. La vida vale por el uso que de ella hacemos, por las obras que realizamos. No ha vivido más el que cuenta más años, sino el que ha sentido mejor un ideal”.
El progreso humano es la resultante de ese contraste perpetuo entre masas inertes y energías propulsoras. Es el tiempo del rescate de la patria generosa, ese pedazo de ensueño incrustado en nuestros corazones que queremos dejar libre a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos