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El papa Francisco afirmó ayer que “la Iglesia no necesita burócratas o funcionarios diligentes, sino misioneros apasionados” que sean “solidarios con la alegría y el sufrimiento” de la gente.
Ante miles de fieles que le escuchaban en la Plaza de San Pedro del Vaticano, Jorge Bergoglio reconoció “con admiración” la labor desempeñada por sacerdotes, religiosos y laicos que transmiten la fe en todas partes del mundo.
“Su ejemplar testimonio nos recuerda que la Iglesia no necesita burócratas o funcionarios diligentes, sino misioneros apasionados”.
Pidió que la Iglesia no se muestre ante la gente como una institución “fría, llena de cristianos fríos”, frenada “por el miedo y el cálculo”, y poco habituada a caminar por senderos no transitados.