La Electricidad de Caracas, Enelven o Cadafe, entre otras, prestaban un servicio eficiente a la población. Esas empresas que fueron ejemplo de eficiencia, fueron desaparecidas por las políticas erradas de la revolución
Era impensable para los habitantes de este país, que estuviésemos viviendo en medio de un colapso en el sistema eléctrico nacional.
Según Miguel Lara, ingeniero electricista, el Sistema Eléctrico Venezolano está cada vez más debilitado y abandonado, hemos retrocedido mucho en materia energética; en la actualidad se genera mucho menos energía que la que se generaba hace 20 años atrás.
Desde hace más de 15 años, el Estado venezolano no ha efectuado las inversiones necesarias en el sistema de generación termoeléctrica. Las plantas están trabajando a un 50 % de sus capacidades. Por esta razón, desde Caracas hasta casi todos los estados del país sufren de apagones a diario, afectando a la población en general, a la industria, el comercio, la actividad bancaria, el sistema del metro, aeropuertos, hospitales, instituciones educativas del país que han quedado paralizados por los apagones.
En octubre del año 2010, el entonces presidente Chávez, afirmó “que había decidido blindar a Venezuela eléctricamente, que no habría sequías, ni inundaciones ni cambio climático que afectara el nuevo sistema eléctrico socialista que estaba naciendo en Venezuela. Pero hoy, la realidad es otra y el país se está quedando a oscuras.
En las últimas tres semanas, al menos nueve estados del país incluido mi querido estado Zulia, hemos sufrido en carne propia, junto al pueblo, las constantes fluctuaciones del flujo eléctrico, de los sorpresivos apagones, varias veces al día por varias horas continuas sin electricidad.
Muy atrás quedaron aquellos años donde compañías como la Electricidad de Caracas, Enelven o Cadafe, entre otras, prestaban un servicio eficiente a la población. Esas empresas que fueron ejemplo de eficiencia, fueron desaparecidas por las políticas erradas de la revolución, y sustituidas por una Corpoelec debilitada, destruida, sin personal para atender las fallas, ni materiales y equipos como acometer las labores de mantenimiento y reparación.
El Gobierno solo se limita a señalar especies de nuestra fauna como la iguana, y denunciar presuntos sabotajes a instalaciones que están militarizadas y bajo su control absoluto, ocultando la verdad de los hechos.
Mientras tanto los habitantes de regiones como mi querido estado Zulia, se ven sometidos a horas sin luz, sin agua y sin cobertura telefónica, como consecuencia de los apagones, y con millones de bolívares en pérdidas por daños en los equipos electrodomésticos, producto de las fluctuaciones de la energía eléctrica y por los cuales Corpoelec ni la iguana, responden.