
Nicmer
El 8 de diciembre del 2012 el entonces presidente Hugo Chávez se dirigió a sus seguidores en cadena nacional para solicitar, que de presentarse alguna circunstancia que lo llegara a inhabilitar, ellos deberían elegir a Nicolás Maduro como el nuevo presidente de la República. Chávez murió el 5 de marzo del siguiente año y Maduro fue elegido presidente el 14 de abril.
Desde entonces, y con el crecer de la crisis en Venezuela, no ha parado de aumentar un sector del pueblo que se hace llamar "chavista mas no madurista", reprochando al actual presidente muchas de sus políticas, decisiones y hasta escándalos de corrupción. De hecho, no es solo pueblo de a pie que amó a Chávez los que hoy difieren de Maduro, también políticos, economistas, intelectuales, periodistas y hasta militares, que defendieron en vida al líder de Barinas.
Quizás hoy dos de los críticos más significativos al gobierno son Toby Valderrama y Antonio Aponte, que por muchos años defendieron las ideas del "Comandante" a través del semanario Un Grano de Maíz, y sin embargo, han mostrado una postura firme en contra de Maduro.
En un artículo escrito a cuatro manos y publicado el pasado 14 de julio en Aporrea, Valderrama y Aponte afirmaron que: "No hay que hacer mucho esfuerzo para entender por qué al gobierno todo le sale mal: se apartaron de las enseñanzas del Comandante, de las que emanan de su ejemplo y las más directas escritas en el Plan de la Patria. Que no se diga que esto es Chavismo, tampoco que esto es Socialismo. El Comandante sigue invicto y el gobierno es condenado por sus errores".
Sin embargo, en la otra cara de la moneda existen los que dicen sin pensarlo dos veces que con Chávez o sin Chávez el país igual se hubiese venido abajo.
Por ejemplo, Ángel Alayón, fundador y director del portal Prodavinci, publicó un artículo en el The New York Times donde sostuvo, a propósito de la designación de Vladimir Padrino López como jefe de la Gran Misión Abastecimiento Seguro, que si el general de verdad quería acabar con la la escasez y la inflación debía derrotar a un solo enemigo: El legado de Chávez.
"Los problemas económicos que sufren los venezolanos son consecuencia de una serie de políticas económicas y reguladoras que fueron implementadas por el presidente Hugo Chávez y continuadas por Nicolás Maduro. (...) El gobierno tiene como desafío desmontar un control de cambios que le impide a las empresas y a los ciudadanos comprar divisas regularmente y a un precio único, lo que se ha convertido en una incesante fuente de corrupción. Debe desmontar un control que ha desestimulado la producción en Venezuela, generando escasez y profundizando la dependencia de las importaciones", argumentó Alayón.
Nicmer Evans, dirigente del partido de izquierdas Marea Socialista. (Foto: Archivo)
Nicmer Evans, politólogo y dirigente del partido de izquierdas Marea Socialista, se niega a que le ponga el "chip" de "Chávez sí, Maduro no", pues según él, los problemas no se pueden reducir a una sola persona.
"Desde Marea Socialista estamos en contra del modelo que aplica el presidente Maduro, no de Maduro", explicó en entrevista para La Verdad.
Evans dijo estar de acuerdo con algunas políticas "humanistas" y de inclusión hacia los pobres aplicadas por Hugo Chávez. Sin embargo, aclaró que "lo que criticamos de Chávez es que no cambió el modelo económico y que permitió la corrupción que tanto daño nos hizo".
Asimismo aseguró que la lealtad que solicitó el fallecido líder de la revolución para Nicolás Maduro "fue condicional, no incondicional".
"Chávez dio la herramienta que fue Maduro, al pueblo le tocaba evaluarlo".
Por otra parte, resaltó que más allá de los importantes funcionarios públicos, "dentro de los que apoyan a Maduro hay gente honesta". En ese sentido, hizo un llamado para que estos reflexionen sobre lo que está sucediendo en Venezuela.
1 de septiembre
En otro orden de ideas, Nicmer Evans defiende el derecho a protestar siempre y cuando sea pacíficamente. No obstante, a pesar de que no estar a favor del presidente Maduro, no invita al pueblo a marchar el próximo 1 de septiembre, porque esto "llama a la polarización que le conviene tanto al gobierno como a la oposición".
"Es un juego al final donde la oposición y gobierno tiene un pacto que les conviene para que unos sean rojos y otros blancos", añadió.
"Creemos en el referendo revocatorio, pero no creemos en la protesta no pacífica que termina siendo blanco perfecto para que haya hechos violentos, como creemos que va a ocurrir", culminó el politólogo.