La misma receta

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Lo que tiene al Gobierno desesperado es ver que se acerca un proceso electoral y que ya la mayoría del pueblo está decidida a rasparlos con el voto

 

Lo volvió a hacer el Gobierno. El cierre de la frontera y la declaratoria de Estado de Excepción en los tres municipios que forman nuestra Guajira, constituyen una nueva demostración de que no hay interés alguno de resolver la crisis. No se pueden resolver los problemas atacando las consecuencias. Los problemas se resuelven analizando sus causas, detectando los nudos críticos e impactándolos con medidas que permitan su disminución o disolución. Eso lo sabe el alto Gobierno nacional. Por eso, en este caso, no acuso la incapacidad, acuso el desinterés por buscar soluciones. Y todo esto sucede porque su única dinámica es la electoral. Lo que tiene al Gobierno desesperado es ver que se acerca un proceso electoral y que ya la mayoría del pueblo está decidida a rasparlos con el voto. Tratan entonces, con medidas efectistas, de cambiar la opinión de la gente.

¿Quién responde por los daños, por el irrespeto a la dignidad humana, por la separación de familias, por las molestias de quienes viven en la frontera? ¿Dónde está el Gobernador del Zulia para asumir su responsabilidad? Mi opinión es que la actitud de Arias Cárdenas está llena de complicidad y alcahuetería. No se puso los pantalones para enfrentar las mafias militares que han permitido, alentado y se han beneficiado del contrabando. Tampoco lo hizo para defender a los habitantes de Mara, Páez y Padilla. Este gobernador es el promotor del chip de la gasolina y del captahuellas ¿Se acabaron las colas? ¿Tenemos familias abastecidas? Ni el chip, ni el captahuellas, ni el cierre de la frontera van a resolver los problemas del país.

Este Gobierno nacional y regional, tiene que asumir su responsabilidad. Asuman que se encargaron de perseguir a los empresarios, de ahuyentarlos, de quebrar las empresas de las que se adueñaron, de fomentar importaciones que han llenado de dinero a empresarios y trabajadores de otros países. Asuman que ni con esas importaciones han logrado mermar la escasez que abate al pueblo de Venezuela, porque el problema es de producción. Lo sensato sería que tuvieran un grano de humildad y se sentaran a conversar con todos los sectores del país. Pero no. Eso no va a pasar. Y por eso y muchas cosas más, este pueblo va a pasarles factura el 6-D. Ese día la mayoría popular va a salir a demostrar que Venezuela sí tiene futuro y esperanza. Así que criticamos estas medidas y ratificamos nuestro compromiso de no pisar el peine de la distracción. Nuestro norte está en el cambio y la esperanza.

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