
Analistas sostienen que bajo la visión de que los actores políticos no plantean soluciones claras y no hay procesos tangibles a las promesas realizadas, los ciudadanos retoman la fe cristiana en busca de una esperanza diferente que les devuelva la certeza de que en el 2017 podrían lograr una salida a este contexto
A días de culminar este 2016, la gente, aunque mantiene una expectativa de cambio del modelo político del país, busca en esta Navidad fortalecer la fe para tener una esperanza ante la crisis que vive Venezuela porque, a diferencia de otros años, el poder adquisitivo está estancado.
Analistas sostienen que bajo la visión de que los actores políticos no plantean soluciones claras y no hay procesos tangibles a las promesas realizadas, los ciudadanos retoman la fe cristiana en busca de una esperanza diferente que les devuelva la certeza de que en el 2017 podrían lograr una salida a este contexto.
El politólogo Jesús Castillo Molleda manifestó que los venezolanos están preocupados por la integración familiar, la pérdida de valores, la poca solidaridad y la corrupción en general. “Las personas necesitan una palabra que les dé esperanza fuera del ambiente político, porque piensan que el Gobierno no los va a sacar de la crisis, sino en la medida en que la gente se comprometa más con la actividad social o con recuperar la fe”.
En días navideños la gente está preocupada en ver cómo sobrevive, planteó el también presidente de la Fundación Zulia Productivo. “No se siente ambiente navideño, sino uno de mucha preocupación, pero creo que la esperanza de la gente es un capital muy importante para un proceso electoral futuro”.
Indicó que no hay soluciones claras ni respuestas efectivas del lado del Gobierno y por la oposición una ausencia de una salida electoral no lograda este año, la gente vuelve a la fe cristiana buscado una esperanza diferente.
Esperanza
El analista político Ángel Oropeza, profesor titular de la Universidad Simón Bolívar, destacó que en los últimos estudios realizados desde las universidades, el 93 por ciento de los venezolanos ve el país mal y 82 por ciento quiere cambio y eso no lo va acabar la Navidad.
“La esperanza no es sentarse a esperar a que las cosas cambien sino levantarse de la silla y hacer lo que hay que hacer. Hoy Venezuela, un pueblo oprimido desesperanzado por la crisis, puede concebir la Navidad como un oportunidad para recibir el mensaje de liberación y esperanzador”.
Oropeza recalcó que la gente no tiene dinero para comprar el estreno ni regalos. “El país en la parte económica está mal y se pondrá peor probablemente para el 2017; en lo social será muy complicado para las familias, y en lo político estamos en una etapa de transición sin garantías que resulten. La cuestión es si los ciudadanos tendrán la paciencia en el ámbito económico y social para esperar que el lado político pase lo que tiene que pasar. Un año que suena duro y complicado pero que a la vez suena en transición para alcanzar el resultado que todo el país quiere”.