Con el mismo ímpetu que mostró el año pasado sus senos afectados por un cáncer avanzado, la venezolana Elizabeth Salazar espera que a su país ingrese este sábado la ayuda humanitaria que se acumula en Cúcuta, la ciudad colombiana que la acogió hace siete meses y donde consiguió finalmente sus tratamientos
La mujer de 64 años, cuya imagen se volvió viral en junio pasado -cuando desnudó su pecho para llamar la atención de decenas de periodistas que daban cobertura a una protesta de pacientes en Caracas-, sigue creyendo que el responsable del calamitoso sistema de salud venezolano es el Gobierno de Nicolás Maduro.
Por eso, en conversación con Efe, pidió al líder chavista cambiar de idea y permitir que hoy ingresen los alimentos y medicinas que están acopiadas en lugares como el colombiano Norte de Santander a través de los cuatro puentes fronterizos, aunque estos permanecen cerrados desde anoche por dictamen de la revolución bolivariana.
Salazar considera que la ayuda humanitaria es de “extrema urgencia” para que no se repitan casos como el suyo que, explicó, se vio obligada a emigrar a Colombia el 22 de julio de 2018 tras no poder “resistir más tanto dolor y tanta inasistencia médica” en Venezuela.
Según recuerda, los casi 50 días que pasaron desde que saltó a la fama hasta que cruzó el puente internacional Simón Bolívar “sin papeles” y dolorida estuvieron llenos de episodios propios de la crisis venezolana, caracterizada por hiperinflación, el deterioro de todos los servicios públicos y la escasez generalizada.
“Yo andaba así enferma de sitio en sitio cazando que llegaran (medicamentos) a cualquiera de estos hospitales y así vivíamos todos los enfermos (…) yo sentí que estaba perdiendo mi tiempo, que era inútil, que iba a morir”, comentó.
La mediática paciente aseguró que en ocasiones tuvo que trasladarse a sus citas médicas a bordo de camiones de carga, debido a la falta de transporte público en Venezuela por la falta de repuestos, y que esto le ocasionó también retrocesos en su estado de salud.
Una vez en Cúcuta su caso fue tratado con acento humanitario y es por ello que hoy cuenta con cobertura médica y recibe gratuitamente todos los fármacos y la asistencia que demanda el cáncer que padece y que, aunque grave, está “estacionado”.
La madre de dos hijos y abuela de uno que aún viven en Venezuela reiteró su preocupación por el “hambre” en su patria y de la que no han escapado precisamente sus retoños, a quienes ve por fotografías y no reconoce debido a la “extrema delgadez” que presentan.
“Está muriendo el pueblo de hambre”, dijo la mujer que pidió directamente a Maduro “tomar conciencia” y desistir de su decisión de rechazar las donaciones bajo el argumento de que son un show político en su contra que persigue además una intervención militar extranjera.
Salazar tiene previsto sumarse este sábado a la “avalancha” convocada por el jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, que lidera esta cruzada contra Maduro y que incluye no reconocerlo como presidente legítimo por haber obtenido la reelección en unos comicios tachados de fraudulentos.
“Yo quiero llamar al pueblo para que lo haga (…) pido que la asistencia sea masiva. Si yo puedo luchar, los que están sanos más pueden hacerlo”, dijo y acusó al chavismo de querer “esconder” la situación de Venezuela ante el mundo.
Guaidó, reconocido como presidente interino del país por medio centenar de naciones, prevé ingresar a Venezuela este sábado las donaciones a través de la porosa frontera terrestre que comparten Táchira y el Norte de Santander -pese al cierre de comunicaciones anunciado- y a través de otras zonas limítrofes también restringidas por el chavismo. EFE