La patria agradecida

Mantengamos todos la calma y la cordura requeridas, que el tiempo se encargará de repartir los dividendos políticos de una patria agradecida que sabrá premiar o castigar la conducta que asumamos en este período histórico. Venezuela volverá a ser ejemplo de democracia para el mundo y un país sinónimo de libertad

“Patria es sincronismo de espíritus y corazones, temple uniforme para el esfuerzo y homogénea disposición para el sacrificio, simultaneidad en la aspiración de la grandeza, en el pudor de la humillación y en el deseo de la gloria”. José Ingenieros.

Venezuela volverá a ser ejemplo de democracia para el mundo y un país sinónimo de libertad. Después de un largo período de oscuridad en la vida de tantos millones de compatriotas, donde afloraron y quedaron al descubierto las llagas de un sistema, de una forma de organización social que solo trajo llanto, miseria, destrucción y ruinas, estamos en los albores de un nuevo período esperanzador aunque cargado de muchos obstáculos y dificultades. Nos exigirá mucho esfuerzo, sudor, voluntad y solidaridad para mantenernos dentro de los principios de la democracia y los valores humanos consagrados, para reconstruirlo todo.

De las bandas que tomaron por asalto el poder hace ya 20 años, no podemos esperar ni un ápice de racionalidad que evite producir más daño al país. Habrá que estar siempre alertas porque robaron demasiado y se hicieron de recursos que podrían utilizar para desestabilizar por largo tiempo el proceso de reacomodo y reconstrucción nacional, así como la reinstitucionalización que requiere la nación.

Confiemos en Dios que esa irracionalidad no llegue a la bestialidad de producir más muertes y lágrimas de venezolanos inocentes dispuestos a edificar el andamiaje y los pilares necesarios de una nueva patria que nos coloque en el concierto universal como una tierra de oportunidades, próspera, alegre y feliz como lo fuimos en nuestro pasado reciente, sobre todo en esos 40 años de democracia que quedaron inscritos en la historia de Venezuela.

Observamos con tristeza algunas actitudes ruines, mezquinas e hipócritas que no terminan de entender y valorar el gesto heroico de nuevos liderazgos como el de Juan Guaidó, a quien le ha correspondido junto con su organización política Voluntad Popular, por razones del azar y por determinación de la Divina Providencia, estar al frente de un proceso histórico cargado de incertidumbre y muy peligroso para la nación entera. Las hienas están al acecho y las lenguas bífidas de muchas serpientes, siempre amenazantes, se mantienen alrededor de los valientes que han decidido, animados por el coraje de su pueblo, aceptar el reto de conducir al país a un destino luminoso, tarea nada fácil.

 

No conozco personalmente a Juan Guaidó, vine a saber de él, supongo que al igual de millones de venezolanos, a raíz de sus actuaciones en la Asamblea Nacional legítima. No me gustan ni aplaudo caudillos, pero este joven político con su serena actitud, con su firmeza y humildad, con claridad de pensamiento, sin resentimientos, con ideas vivas y no muertas, pero con valentía y coraje, ha hecho renacer la esperanza en muchos corazones, la gente encontró a alguien en quien confiar y creer de nuevo. Dios quiera que la sensatez y la madurez política se mantenga en sus compañeros parlamentarios que hoy señalan una ruta clara y precisa, y mantengan su apoyo a quien asumió, con todos los riesgos que conlleva, la encargaduría de la Presidencia de la República de Venezuela. Mantengamos todos la calma y la cordura requeridas, que el tiempo se encargará de repartir los dividendos políticos de una patria agradecida que sabrá premiar o castigar la conducta que asumamos en este período histórico.

 

 

 

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