Maduro y los personeros de su gobierno militarista pretenden hacerle convencer a los venezolanos y al mundo que los problemas que vivimos son producto de una guerra económica que solamente existe en sus huecas cabezotas
El régimen comunista y dictatorial que destruye a Venezuela, a paso de perdedores, ya no consigue excusas para eludir su exclusiva responsabilidad sobre la calamitosa situación que atraviesa el país.
El “líder” de la hecatombe que ha sacudido todos los cimientos de la nación, Nicolás Maduro, cree que los venezolanos son pendejos para tragarse los cuentos que desde hace seis años viene echando a rodar para justificar su manifiesta incompetencia como Presidente de la República.
Sin lugar a dudas, Maduro ha dirigido un gobierno fallido al no poderle ofrecer a los venezolanos soluciones a los graves problemas que han devenido en una de las peores condiciones de vida que pueda presentar nación alguna del continente.
Maduro y los personeros de su gobierno militarista, pretenden hacerle convencer a los venezolanos y al mundo entero que los problemas que vivimos son producto de una guerra económica, que solamente existe en sus huecas cabezotas y esgrimen la peregrina tesis del sabotaje de la oposición venezolana y el imperio norteamericano.
La escasez de dólares por habérselos robado o dilapidado la revolución, así como el elevado precio que ha adquirido la divisa norteamericana frente a un pervertido bolívar, la atribuye a la página Dólar Today que realmente lo que hace es reflejar la cotización de esos papeles verdes en la ciudad de Cúcuta. Si sube o baja, igual publican la especie.
El colapso del servicio eléctrico a nivel nacional lo atribuyen Maduro y el incapaz ministro militarote y gorila de Corpoelec, a sabotaje por parte de la oposición y el imperio norteamericano. En esa acción han sido capaces de incluir a trabajadores del sector en búsqueda de hacer más creíble su mentira.
De lo que sí no han sido capaces es de calificar como sabotaje el desastre que se vive en la industria petrolera venezolana porque saben que son ellos los culpables.
Ya lo que falta es que el resto de los servicios públicos, de los cuales ninguno sirve porque 19 años de revolución se encargaron de destruirlos, también lo atribuyan a sabotaje de los propios venezolanos opositores al régimen, que son más del 85 por ciento de la nación, que según las excusas del Gobierno para no asumir su barranco les encanta vivir sin electricidad, sin agua potable, con las cloacas a cielo abierto por todos lados, con un transporte público acabado por la ineficacia del Gobierno, con los hospitales inservibles, sin medicinas ni equipos para atender emergencias y darle salud a los enfermos y toda la cadena de males que viene dejando en su camino destructivo esta maldita revolución.