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La muerte de Fidel Castro renueva las dudas sobre la política hacia Cuba que adoptará el presidente electo de EEUU, Donald Trump, que prometió “dar marcha atrás” a las medidas de su predecesor y que, según los expertos, podría cambiar la política migratoria hacia la isla.
Durante las primarias, Trump fue el único aspirante republicano que apoyó la apertura a Cuba, pero en su búsqueda de votos en Florida en las elecciones generales, prometió que “revocaría” las medidas ejecutivas del presidente Barack Obama “a no ser que el régimen de los Castro” restaurara “las libertades en la isla”.
Reince Priebus, quien será el jefe de gabinete del gobierno de Trump, insistió ayer en que el magnate “definitivamente dará marcha atrás” a las políticas de acercamiento adoptadas por Obama si las autoridades cubanas no adoptan los pasos de apertura que él espera en materia de presos políticos, represión o libertades.
Según expertos consultados por EFE, hay un área que Trump podría tener un especial interés en cambiar, dada su línea dura en lo relativo a la inmigración: la política de “pies secos/pies mojados”.
Esa medida, unida a la Ley de Ajuste Cubano, otorga a los cubanos un privilegio que no tiene ningún otro grupo de inmigrantes a EEUU: la posibilidad de lograr la residencia permanente un año después de llegar al país, incluso si lo hacen ilegalmente.
“A él no le gusta la inmigración sin restricciones, y eso es lo que permite esta política”, afirmó un abogado experto en la legislación estadounidense respecto a Cuba, Robert Muse. “Lo único en lo que están de acuerdo (el presidente cubano) Raúl Castro y (el senador republicano anticastrista) Marco Rubio es en que la Ley de Ajuste Cubano debe dejar de aplicarse”.
Con él coincide William LeoGrande, un experto en Cuba en la American University, quien aseguró que acabar con esa medida “y deportar a los cubanos que llegan ilegalmente” podría ser “el primer cambio de Trump”, dadas sus ideas sobre inmigración.
Poner fin a esa política migratoria, que devuelve a los cubanos que intercepta en el mar (“pies mojados”) pero admite a los que logran tocar tierra (“pies secos”), es algo que Trump podría hacer “de la noche a la mañana”, sin complicaciones, explicó Muse.
Adoptada en 1995, la política es una enmienda a la Ley de Ajuste Cubano de 1966, pero esa legislación otorga tanta flexibilidad al secretario de Justicia para aplicarla que ni siquiera haría falta que el Congreso derogara la medida para acabar con su efecto.