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Este domingo hermanos escuchamos en el evangelio según San Mateo (23,1-12) una sentencia que ya encontramos en Mc 9,35: “el que quiera ser el primero, sea el servidor de todos”. Mateo, le agrega una idea mucho más gráfica y difícil, esta es “la humillación”; porque “el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. Es decir hermanos, la idea de la humillación viene a reforzar la enseñanza del servicio. Si hay la necesidad de humillarnos, de bajar la cabeza o de abandonar nuestra lucha para servir al hermano, estamos llamados a hacerlo. Decía el papa Juan XXIII en el lecho de su muerte: “quien tiene derechos no es la verdad, sino la persona humana”.
Si, en algún momento debemos renunciar a nuestras convicciones o ideales y humillar nuestro orgullo por defender o abrazar el respeto de la persona que tenemos en frente, estamos invitados a hacerlo; no hacerlo en nombre de alguna idea o ideología personal o comunitaria, es traicionar el respeto de la persona humana. A este nivel de servicio es que está llamando Jesús a cada uno de los miembros de su comunidad naciente, y a ese nivel de servicio nos está llamando en este día a nosotros, a sacrificarnos por nuestros hermanos hasta el punto, si es necesario, de humillar nuestro propio ego…
Que Dios nos otorgue la sabiduría y la fortaleza para vencer nuestro propio yo, a veces, el gran enemigo de la fraternidad, para así servir honestamente a nuestros hermanos y hermanas.
Feliz domingo para todos!
Padre Richard Colmenares
Especialista en Sagradas Escrituras