La primera sesión

Hemos insistido en que es fundamental que esta Asamblea asuma que la democracia es el gobierno de las mayorías con respeto a las minorías

Indudablemente ha sido histórica la instalación de la Asamblea Nacional para el período 2016-2021. Por primera vez en estos 17 años de gobierno chavista madurista, la oposición democrática asume las riendas del Parlamento venezolano. Ojalá que el Gobierno termine de entender el anhelo de cambio que se respira en el país.

No fue fácil llegar a nuestro nuevo sitio de trabajo. A las 8.00 de la mañana, arribamos a las inmediaciones del Parlamento nacional varios diputados. Al llegar a la esquina de San Francisco, un cordón militar y policial nos impedía el acceso. Conversamos amigablemente con ellos, mientras veíamos pasar y transitar a diversas personas por el espacio que nos era negado. Luego de la conversación pasamos a la discusión y de allí a la irrupción, el forcejeo, algunos golpes y finalmente nuestro acceso hacia la Asamblea Nacional. 

Siendo las 11 y 45 minutos de la mañana se dio inicio a la sesión. La primera parte fue dirigida por el diputado de mayor edad, integrante del PSUV, quien nos hizo escuchar un innecesario discurso cuando solo debía dedicarse a revisar credenciales y dirigir la elección. Finalmente, se procedió a la selección de la nueva junta directiva de la Asamblea. Henry Ramos, Enrique Márquez y Simón Calzadilla, asumieron la presidencia, primera y segunda vicepresidencia del Parlamento nacional. La secretaría y subsecretaría quedó en manos de Roberto Marrero y José Luis Cartaya. 

Comienza un período que debe estar signado por la tolerancia y el equilibrio. Hemos insistido en que es fundamental que esta Asamblea asuma que la democracia es el gobierno de las mayorías con respeto a las minorías, independientemente de sus actuaciones pasadas, presentes y las que vayan a realizar en el futuro. La actitud que en ellos percibimos es totalmente obstruccionista y sin ánimo de reconocer la lección que les dio el pueblo el 6-D. 

Más allá de eso, por encima de eso, esta Asamblea debe legislar para la producción nacional, para la seguridad, para la descentralización. Debe controlar a todos los poderes. Debe acompañar a los pobres en su lucha por vivir mejor, estudiar, trabajar y progresar. Los diputados debemos llevar a la Asamblea propuestas, pero no podemos “acomodarnos”, nunca debemos abandonar a nuestra gente en nuestras comunidades. Entender la política como servicio es clave en la gestión que comienza en nuestro Parlamento venezolano. El pueblo está observando. No podemos equivocarnos.

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